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EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR: 27 DE MAYO DE 2025

AVANZA CENSURA DE LA RUCA GACHA. 

La persecución ilegal de la corrupta, mentirosa y amoral goberladrona sube de tono cada día. Nos advierten que ya no podremos llamarle por su desprestigiado nombre ni describirla, porque no le gusta que le digan que es fea, que su redonda cabeza repintada de rojos contrasta con sus cejas negras y sus enormes labios botoxeados. 

Que tampoco debemos hablar de su complexión regordeta, y en esa pretensión de ser intocable, no quiere que se mencione que viste carísimos zapatos y bolsas de diseñadores europeos. Alega que la violentamos cuando la calificamos de burra, inepta, inútil, incompetente, incapaz, ignorante o torpe por mantener en constante decrecimiento económico la entidad, desde hace 44 meses que tomó protesta.

En su búsqueda de censura legal manipula y ordena al juez retirar, eliminar del ciberespacio algunos de estos editoriales, porque lastiman su moral, y su morral. Vale la pena precisarle a la anciana inquisidora, que no fue esta columna la que acabó con su perversa reputación, sino su propio actuar político: servil, corrupto y autoritario. Si busca un culpable, sólo tiene que mirar al espejo, aunque lo rompa. 

LA REALIDAD VS. LA LEGALIDAD. 

Desde su llegada al poder hace 44 meses, la anciana innombrable mantiene al Estado en decrecimiento económico y hundido en la inseguridad, las ejecuciones, robos, extorsiones, asaltos y cobros de piso se siguen incrementando. En lo político, ha fracasado en mejorar los servicios de salud, en combatir la pobreza, en crear empleos, en atraer inversiones y en incentivar el desarrollo económico.

En lo personal, su desprestigio es nacional e internacional. Absolutamente todos los editorialistas del país la califican como “impresentable”, por su escasa calidad moral, lo que la hace inaceptable e indecente. Recientemente, ha sido vinculada por la DEA y autoridades norteamericanas con grupos del crimen organizado, de quienes al parecer recibió dinero ilícito para financiar su campaña electoral. 

Y con estos antecedentes nos debemos preguntar, ¿acaso mencionar su largo currículum delincuencial se puede considerar delito de odio? ¿Escribir tal cual de su servil y corrupta reputación ya es violencia política en razón de género? ¿Se le puede dañar la moral a quien desde hace lustros es una persona “impresentable”? ¿Se difama cuando se dice la verdad? Son algunos de los intríngulis legales que tendrá que definir un juez, ¿imparcial? Veremos.

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