EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR | 1 DE JULIO DE 2024
SORDA AUTORITARIA.
Con tristeza nos enteramos que los policías no fueron escuchados por la autoritaria y soberbia goberladrona, que no escuchó al pueblo y menos aún a sus policías en su afán de imponer nuevamente en la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana a su criminal amiga, Marcela Muñoz Martínez, la foránea mas odiada y repudiada por los campechanos.
Arrinconados por las necesidades y carencias de sus familias, que han sido las mas afectadas por la protesta, ya que la goberladrona les negó el pago de sus respectivas quincenas, tuvieron que tragarse su dignidad y
aceptar el capricho de la sorda mandataria, cuyos perros a sueldo festejan la subordinación policial como si ello los beneficiara de alguna manera.
No debe perderse de vista que esto confirma que tuvimos una regresión al autoritarismo gubernamental, antes lo ejercía el PRI, hoy lo hace Morena. El partido que prometió trabajar para los pobres, terminó siendo la misa mierda que vivimos un par de décadas atrás. Al igual que antes, el pueblo ni pone ni quita, por el contrario, nuevamente tiene que joderse y aguantarse. Tomen su Champotón y sigan votando por estos sinvergüenzas. Cambiaron de color pero son los mismos ladrones corruptos de antes.
UNA MAFIOSA EN SPSC.
Y mientras la inepta, criminal y sinvergüenza guanajuatense celebra su imposición en la SPSC, continúa aumentando la inseguridad. La semana pasada intentaron ejecutar a un joven en Champotón y asesinaron a otro en Carmen. Esta semana acribillaron a un comerciante en Ixpujil y “misteriosamente” un trailer de cerveza fue rapiñado en Isla Aguada.
Marcela Muñoz Martínez fracasó en mantener Campeche seguro. Su permanencia en el cargo no se justifica, por lo que considerarla una imposición autoritaria de la goberladrona Sansores, que en campaña prometió gobernar con el pueblo, pero ya entronizada en el cuarto piso no los escucha. El crimen organizado tendrá nuevamente a su representante dirigiendo la SPSC.
Hubiera sido mejor que la dejaran limpiando drenajes y calles, desazolvandoalcantarillas, recogiendo basura y entregando despensas. En esas tareas no ponía en peligro la vida de las Mujeres Valientes, de los policías estatales, y de los campechanos en general, que no tardarán en volver a padecer las injustificadas multas con las que luego paga sus viajes familiares al viejo continente.