EL INTERÉS LEGÍTIMO: UNA PUERTA QUE NO PODEMOS DEJAR QUE CIERRE MORENA
Por: Enrique Arellano
Hasta hace poco, el juicio de amparo era como un traje a la medida: solo unos pocos podían usarlo. Pero el concepto de “interés legítimo” cambió las reglas del juego. Hoy, no necesitas ser el afectado directo para acudir a la justicia. Basta con demostrar que una decisión pública te afecta de manera real y diferenciada.
Así, vecinos defienden sus bosques, pacientes exigen medicinas, consumidores frenan abusos, y colectivos LGBT+ impugnan leyes injustas, incluso sin mostrar un daño “personal”, porque la justicia también debe reconocer las afectaciones colectivas y preventivas.
Pero ahora, con la reforma a la Ley de Amparo impulsada por la presidenta, quieren volver atrás. El nuevo requisito sería demostrar una “lesión real y actual” y un “beneficio directo”. En pocas palabras: espera a que el daño ya esté hecho, y si no te pega directamente, no te metas.
Esto es gravísimo. Porque el interés legítimo ha sido la puerta de entrada a la justicia para miles que antes quedaban fuera, especialmente grupos históricamente marginados.
Cerrar esa puerta es silenciar causas justas. Es blindar al poder. Es dejar indefensos a quienes luchan por el medio ambiente, la salud, la diversidad y los derechos humanos.
No podemos permitirlo. Morena quiere destruir leyes que protegen nuestros derechos. La justicia debe ser preventiva, no póstuma. Y debe ser para todos, no solo para unos cuantos. En el 2027 Morena se tiene que ir.