El desgobierno de Layda: Buena para el show y el espectáculo decadente del que es protagonista, Layda Sansores salió mala para gobernar.
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial
Buena para el show y el espectáculo decadente del que es protagonista, Layda Sansores salió mala para gobernar.
Campeche, que solía ser un estado tranquilo y en paz, hoy está incendiado. Desde hace un mes, miles de ciudadanos -cada vez más- protestan en las calles.
El origen de la crisis fue un desastroso operativo al que fueron enviados decenas de policías al penal de San Francisco Koben el 15 de marzo, donde se registró un motín, y no les otorgaron los equipos de protección necesarios. Los internos amenazaron con matarlos y ejercieron violencias obre ellas, sobre todo violencia sexual contra mujeres policías.
Los uniformados pidieron en un primer momento la destitución de la secretaria de Seguridad, Marcela Muñoz, amiga de Sansores. No solo no fueron escuchados, sino que la gobernadora se burló de ellos, lo que derivó en que miles de ciudadanos se unieran a las protestas que alcanzaron su punto más álgido el fin de semana de la semana pasada, cuando unos 20 mil campechanos salieron a marchar –por cuarta vez en menos de un mes- ya no solo para pedir la renuncia de la secretaria, sino para advertir a la gobernadora que si Muñoz no es destituida, también exigirán que se vaya Sansores.
El pliego petitorio se reduce a una cosa: el cese del cargo de jefa de Policía de Marcela Muñoz.
“Escúchanos Layda, escúchanos bien, o corres a Marcela o te vas tú también”, gritaba la multitud.
“No somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien”, se escuchaba.
De los poco mil 300 policías que hay en Campeche, la mayoría –poco más de 800-, permanecen protestando.
En respuesta, la gobernadora publicó un documento donde el gabinete se pronunció a favor de la titular de la Secretaría de Seguridad y exigió frenar lo que llamaron una campaña en su contra.
Sansores no parece notar que la realidad la rebasa y su show no alcanza para revertir la crisis. Apenas días antes de la marcha se burló de quienes saldrían a las calles, como si con ella fuera a frenarlos. Le echó más gasolina al fuego.
“Van a hacer tercera marcha, yo hice 123, les faltan 120 y tardé 24 años para que dieran efecto”, se burló y agregó que los ciudadanos podían seguir con todas las marchas que quisieran porque no le asustan.
En realidad, no fue la tercera, sino la cuarta manifestación que se llevó a cabo para exigir la renuncia de la titular de la Secretaría de Seguridad y en contra del actual gobierno estatal.
Esta semana fue más allá: quitó el combustible a las patrullas y trató de acorralar a cientos de elementos. Pero le salió peor. Ciudadanos han ayudado a los policías en paro, les llevan alimento y combustible para sus vehículos para hacer los rondines de vigilancia. El gobierno de Sansores pide que no lo hagan. Pero ya no tiene legitimidad. Ella está rebasada. Ocupa el cargo, pero no gobierna.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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