CRUZAZULEADA
Ir a un partido de fútbol en un palco privilegiado, y con los accionistas de la poderosa cementera, no habla de una gobernanta comprometida con el pueblo, sino entregada a los intereses empresariales…
“¿Qué ganamos los campechanos con la difusión de ese video donde se ve a la Tía Gobernanta portando la playera del Cruz azul y festejando a rabiar, junto con su numeroso séquito, el gol que le anotaron a las Águilas del América? El llamado clásico joven se lo llevaron los de la cooperativa cementera, pero ¿con qué se quedó el pueblo noble y sabio que votó por la hija del Sátrapa Negro?” cuestionó airadamente desde su banca del Parque Principal el poeta Casimiro.
–“No te enojes porque perdieron tus aguilitas, se mofó en medio de estruendosa carcajada el bolero don Memín. No siempre van a ser campeones, y este año está jugando mejor la Máquina” complementó.
–“Es que el problema es ese, respondió con su proverbial seriedad el vate santanero. Si ya de por sí el futbol y los deportes masivos son una estrategia idiotizante, ¿qué peor que añadirle también el tema político? Si la lucha partidista-electoral trae perplejos a millones de connacionales, que se dan con todo en las redes sociales defendiendo a uno y a otro, imagínate si a la pasión futbolera le añadimos el ingrediente del fanatismo político. Estaríamos a un paso de la guerrilla del todos contra todos” advirtió.
–“Me parece muy fatalista tu versión de las cosas, corrigió interesado el viejo Julián. En primera, porque antes de las elecciones más próximas, el país se va unificar en torno a la selección nacional con el mundial de fútbol, y si los ratones verdes hacen un buen papel, se van a querer colgar de sus triunfos nuestros gobernantes. Si como siempre, les va mal, no pasa nada. La lucha partidista se seguirá dando, porque todos quieren comerse el mismo pastel, pero no todos pueden ganar en las urnas”.
–“Aquí lo reprochable es que una vez más, los voceritos de la mandataria pierdan su tiempo difundiendo sus acciones irrelevantes. Ir a un partido de fútbol en un palco privilegiado, y con los accionistas de la poderosa cementera, no habla de una gobernante que no está comprometida con el pueblo, sino entregada a los intereses empresariales. Para colmo, se llevó a todo su séquito, creo que hasta su maquillisto personal estaba echando porras. ¿Y quién creen que pagó todo el pasaje, los viáticos, los hoteles y las comidas? El Gobierno. Eso es lo que molesta, que no dejan de derrochar el presupuesto público en banalidad” argumentó doña Chela.
–Lo “más peor” de todo, lamentó con tristeza don Memín, es que con su visita al palco principal del estadio, nuestro Tía le aventó su salazón al equipo que azul. Que seguramente van a hacer este torneo, una nueva cruzazuleada” vaticinó.

