Acarreados y simuladores…
Todo lo politizan, todo lo partidizan, todo lo polarizan, tratan de dividir a la sociedad entre los buenos y los malos, como si ellos fueran unas blancas palomitas, cuando que son peores que los que estaban…
Quedó a deber la inauguración del primer día de servicio del trenecito Temu, se quejó sinceramente doña Chela. Lo convirtieron en un evento de acarreados, con personal que labora en las diversas dependencias del Gobierno estatal a quienes obligaron a “trabajar” en domingo, y como si fuera un acto partidista pues todos tenían que ir con playeras guinda. Todo lo politizan y se enojan cuando los partidos opositores hacen lo mismo” lamentó.
–Ya se veía venir que los primeros recorridos del trenecito de las dos mentiras iban a ser para los que disfrutan actualmente del poder. ¿Y el pueblo? Bien, gracias, observando con indiferencia sus eventos presuntuosos en donde ellos solitos se echan porras, ellos lo tocan, ellos lo bailan y ellos mismos de aplauden” ironizó el bolero don Memín.
–Ahora nos salieron que el trenecito de juguete solo va hacer cuatro recorridos al día, para conectarse con las llegadas del Tren Maya, se quejó don Julián. Habían dicho que no iba a ser así, pues intentaban conectarse con los ciudadanos que pueden usar esos recorridos para llegar a sus destinos. Como siempre, la mentira por delante” reclamó.
–Yo veo mucha soberbia y prepotencia hasta en la inauguración del servicio del trenecito Temu, observó el poeta Casimiro. He escuchado a algunos de sus matraqueros y opinadores a sueldo mofarse de que “hasta los que se oponían al tren lo van a utilizar”, como si eso fuera un delito. Espero que no vayan a usar las cámaras para exhibir a los ciudadanos que valientemente criticaron la obra, y que se animen a ir a dar una vuelta. Si es un servicio público para toda la ciudadanía, no veo porqué estigmatizar a quiénes sí y quiénes no deberían usarlo”.
–Así son, añadió doña Chela, todo lo politizan, todo lo partidizan, todo lo polarizan, tratan de dividir a la sociedad entre los buenos y los malos, como si ellos fueran unas blancas palomitas, cuando que son peores que los que estaban antes”.
–Yo por lo pronto no pienso subirme a esos vagones con llantas, apuntó el bolero don Memín. Y no porque no tenga ganas, sino porque no tengo tiempo. Para empezar ninguno de sus recorridos pasa por mi colonia y además, porque no creo que me dejen subir con mis implementos de trabajo y supongo que tampoco dejarán pasar a los vendedores ambulantes. Es la cara bonita de la ciudad que le quieren mostrar a los turistas, y en esas fotos no encajamos los que estamos en la economía informal” lamentó.