CULTOS AJENOS A LA FE CRISTIANA PUEDEN CONFUNDIR A LOS CREYENTES, ALERTAN
PIDEN ORAR POR LOS DIFUNTOS CON ESPERANZA CRISTIANA Y NO CON MIEDO
El vocero de la Diócesis de Campeche, Marco Antonio Martínez Jiménez, exhortó a los fieles a vivir las celebraciones de Día de Muertos con esperanza cristiana y no con miedo, recordando que “la muerte no es el final, sino el paso hacia la vida eterna prometida por Cristo”, y advirtió sobre la proliferación de rituales o cultos ajenos a la fe cristiana que pueden confundir a los creyentes.
Martínez Jiménez explicó que la Iglesia invita a orar por los difuntos, ofrecer la eucaristía y a vivir la caridad como forma de comunión espiritual con quienes han partido.
“Debemos recordar a nuestros seres queridos con fe, expresar nuestro amor y pedir a Dios por su eterno descanso”, señaló, destacando que esta tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana ayuda a vivir el duelo con esperanza y a fortalecer la confianza en la resurrección.
No obstante, el vocero advirtió sobre la proliferación de rituales o cultos ajenos a la fe cristiana, que pueden confundir a los creyentes, ya que indicó que la Iglesia no se opone a la memoria de los difuntos ni a la identidad cultural del pueblo, pero sí alerta cuando ciertas prácticas se alejan del Evangelio, promueven supersticiones o buscan influencias espirituales contrarias a Dios.
Martínez Jiménez fue enfático al afirmar que el cristiano no debe acudir a brujos, hechicería, tarot, magia o rituales esotéricos, ni venerar a la muerte como si fuera una divinidad, porque el único señor de la vida y de la mu3rt3 es Jesucristo.
Puntualizó que la muerte no es una persona ni una fuerza divina; fue vencida por Cristo en su resurrección, por lo que venerarla contradice la fe cristiana y puede llevar a prácticas espirituales dañinas en la fe.
Asimismo, hizo un llamado a no depositar la confianza en amuletos, objetos protectores o supersticiones, recordando que la verdadera protección viene del Señor, de la intercesión de la Virgen María y de los santos, y la verdadera fe es a través de la oración y de los sacramentos.

