Opinión

KO’OX NACE FRAGMENTADO

Hay muchos enigmas alrededor de la nueva empresa denominada Movibús. Nadie sabe cómo se manejarán y se distribuirán los ingresos y existe mucha desconfianza hacia sus directivos…

Después de la fastuosa inauguración del servicio del “tren ligero” (que en realidad son tres vagones con llantas que utilizarán la tecnología de Tránsito Rápido Autónomo), sigue ahora la anunciada “modernización del transporte urbano de Campeche”, con la entrada en funcionamiento de los camiones chinos agrupados en la sociedad cooperativa Movibús que operará el sistema colectivo Ko’ox.

Hay muchos enigmas alrededor de la nueva empresa. Aunque hace unos días, la gobernadora Sansores convivió con los socios, accionistas, operadores y personal administrativo, en los hechos poco se ha hablado de su organización interna. Cómo se manejarán los ingresos, en qué porcentaje se distribuirán las “ganancias”, cómo se manejarán los pasivos, los gastos de reparación, la organización de las rutas y sus operadores, etcétera.

El tema administrativo, es sin duda, el que más incertidumbre ha generado. Cada socio aportó o tendrá que aportar cuatro millones de pesos por unidad, quienes lo cubrieron al “cash” tendrán ciertas ventajas en comparación con los tendrán que pagar una letra mensual. Pero hasta esos datos permanecen en secreto.

El pasado fin de semana nos reportaron una rebelión al interior de esa sociedad. Aunque se ha presentado como presidente del Consejo de Administración al arquitecto Martín Chang del Río, se asegura que no cuenta con todo el respaldo de los socios, por lo que se postuló para el cargo un empresario de apellido Marín a quien tampoco quisieron. No hay confianza en los dirigentes pues ya están anticipando malos manejos.

No se sabe tampoco qué pasará con los transportistas que no se unieron a Movibús. Solo se sabe que la Agencia Reguladora del Transporte de Campeche (Artec) no le ha renovado su concesión a nadie, y éstas o ya vencieron o están a punto de caducar, por lo que los socios están en la guillotina. El día que quieran protestar les paran sus unidades porque sus permisos ya están vencidos.

Tema aparte es el conflicto laboral que enfrentan las sociedades transportistas que se disolvieron para crear Movibús. Hay decenas de laudos pendientes de pagar y nadie sabe cómo le van a hacer porque sus empresas ya desaparecieron y sus directivos desvalijaron hasta las oficinas. Se dice que el Gobierno del Estado les aportó el recurso suficiente para liquidar a los trabajadores, pero nadie recibió un solo peso. Al parecer también eso se embolsaron los líderes.

La capacitación a los choferes es otro tema. Por lo pronto a las mujeres operadoras que balconearon después que tomaron sus cursos de adiestramiento, les esquilmaron hasta el dinero de la beca que les correspondía. Les dijeron que les avisarían cuándo se tendrían que reportar pero ya no les contestan el teléfono.

En suma, hay un total desbarajuste dentro y fuera de esa nueva sociedad. Y sí, los camiones son modernos, están bonitos y a simple vista transmiten un sentimiento de “modernización”, pero la realidad es otra. Ya le daremos seguimiento al tema.

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