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EXPEDIENTE | GOLPE AL PAN: SERÍA AMENAZA ELECTORAL

La decisión del Tribunal Electoral del Estado de Campeche (TEEC), de anular la elección interna de la nueva dirigencia estatal del Partido Acción Nacional, advierte con suficiente prelación el interés del Gobierno de Layda Sansores para controlar, anular o cooptar a las dirigencias de los partidos políticos con miras al proceso electoral que se avecina.

Detrás del intento por desconocer el triunfo de la panista Nelly Márquez Zapata hay una maraña de intereses políticos que segregan un tufo a intervencionismo gubernamental. No hay que olvidar que la planilla que respaldaba el equipo gobernante era la de Karla Uc Tuz, exalcaldesa de Tenabo, a favor de quien operaron prominentes personajes morenistas e incluso se sabe que salieron fuertes cantidades de dinero del Palacio de Gobierno, para cooptar liderazgos, y de plano, comprar votos.

No lo lograron por la vía electoral, y se fueron a impugnar los resultados en la mesa, sin más pruebas ni argumentos, que la terca y arbitraria orden gubernamental de sacar a Nelly Márquez de la dirigencia estatal, del modo que sea, y cueste lo que cueste.

Por eso es lamentable que los magistrados electorales campechanos se hayan prestado a esa jugarreta. Expusieron el escaso prestigio que les quedaba y se arrodillaron ante las órdenes gubernamentales de anular la elección interna para tratar de colocar en las vacantes, a panistas leales a la causa morenista.
Es irrelevante el hecho de que en estos momentos el PAN se encuentre en franca decadencia y con varios flancos de división abiertos. Lo que les importa es la franquicia, el membrete y la posibilidad de que puedan arrejuntar todas sus fuerzas, (escasas, numerosas, fuertes o débiles) para aliarse con alguna opción política diferente a Morena.

Los del partido guinda saben que no tienen los momios a su favor. Por eso han recurrido a la estrategia de siempre: difundir encuestas que los colocan muy por encima de sus adversarios, para engañar a la opinión pública de que tienen la plaza ganada y que por más alianzas que intenten sus opositores, de todos modos van a ganar. O que van a “arrasar”, según reiteradas afirmaciones del imbécil chilango que tienen como dirigente estatal.

La realidad sin embargo, es otra. Su principal figura política, que es la gobernadora Layda Sansores, está cargada de negativos que ocasionaron alejamiento ciudadano. Su desastroso Gobierno, su falta de resultados, la corrupción que impera, su proteccionismo a la ineptitud y negligencia de sus colaboradores, especialmente de Marcela Muñoz, le han ganado amplio repudio ciudadano y la seria advertencia de que “se la van a cobrar en las urnas”.

Si a eso le agregamos que su alianza electoral está fracturada, porque el PT ya anunció que no irá en coalición con Morena en los próximos comicios —esperan postular a Pablo Gutiérrez a la gubernatura y a destacadas figuras políticas de cualquier otro partido a las alcaldías—, y no hay en el horizonte alguna otra fuerza partidista que se les quiera sumar, entonces se entiende su obsesión por mantener el control de los partidos.

En el PAN ya no le funcionan ni Rosario Cruz ni Josué Rodríguez Golib, pues incluso sus dos votos en el Congreso del Estado son ampliamente prescindibles, como líderes no representan nada porque ya no están en la dirigencia, y por eso anhelan quedarse con la cabeza y quieren a Nelly Márquez afuera.

Por eso hay que leer con detenimiento este golpe que le asestaron al PAN. Es una clara advertencia de que no van a escatimar en recurrir a lo que sea, con tal de controlar a los partidos adversos para mantenerlos bajo control.

Otro punto de análisis es la vulnerabilidad de las autoridades electorales. Lamentablemente los árbitros de la elección no son confiables. Ni los del Consejo General del Instituto Electoral, ni los del Tribunal. Todos han cedido a los cantos de sirena de los emisarios gubernamentales. No hay pues, garantías de imparcialidad.

Si ellos manejan el presupuesto, y se sabe que han amasado una cuantiosa “caja chica” para operar en todo el proceso electoral, y además tienen a su favor a los jueces, es claro y evidente que nos estamos dirigiendo, ahora sí, a una elección de Estado, en donde el objetivo a conseguir, cueste lo que cueste, es que la gubernatura y el Congreso, se queden en manos de Morena.

Si ocurre algo diferente a eso, lo cual no es imposible, para ellos sería una catástrofe, su apocalipsis, su final, su infierno en la tierra. Por eso hay que leer con detenimiento cada golpe que están dando. Y es que son tan, pero tan torpes, que evidencian todo a su paso.

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