Basado en hechos reales: “Misiles del Bienestar, la llamada”, capítulo final
La llamada terminó con un silencio tenso. La decisión de Trump de declarar a los cárteles como organizaciones terroristas y su insistencia en investigar a políticos mexicanos planteaban desafíos inéditos para el gobierno de Sheinbaum
Por Enrique Pons Franco
La operación “Missiles of Well-Being” (misiles del bienestar), había comenzado el 21 de enero del 2025 a las 00:00 horas; a las 03:15 am un dron Reaper cruzó la frontera a 40 mil pies de altura y lanzó dos misiles Hellfire en algún lugar del territorio mexicano… la historia había comenzado a escribirse desde distintos frentes y finalizaba con una tensa llamada entre los presidentes Trump y Sheinbaum.
11:00 PM – Casa Blanca, Washington D.C.
La Oficina Oval brillaba con el resplandor cálido de las lámparas clásicas. El presidente Donald Trump, vestido con su característico traje azul marino y corbata roja, estaba sentado detrás del Resolute Desk. Frente a él, un folder con informes detallados sobre el ataque con drones y su impacto. Su expresión era la de un hombre seguro, pero con la tensión de quien sabe que está a punto de cruzar un puente diplomático en llamas. Frente a él, el teléfono habilitado para llamadas internacionales.
A miles de kilómetros, en el Palacio Nacional de México, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, estaba en su despacho privado. Había revisado todos los informes del día, desde los detalles del impacto de los misiles hasta los resultados del sobrevuelo realizado por su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch. Vestía un traje sobrio, y su rostro reflejaba serenidad, pero sus ojos transmitían una determinación inquebrantable. Frente a ella, el teléfono conectado directamente a la Oficina Oval. La llamada inició exactamente a las 23:00 horas.
Trump: Presidenta Sheinbaum, es un honor hablar con usted esta noche. Espero que comprenda que mi intención, y la de mi administración, siempre ha sido proteger a los ciudadanos estadounidenses y, en este caso, garantizar nuestra seguridad nacional.
Sheinbaum: Señor Presidente, el honor es mutuo. Estoy segura de que compartimos la misma preocupación por la seguridad de nuestros ciudadanos, pero debo expresar mi más profunda consternación por los acontecimientos de esta madrugada. Los misiles impactaron en suelo mexicano sin previo aviso ni consulta. Este tipo de acciones pone en riesgo no sólo la soberanía de México, sino también la estabilidad de nuestra relación bilateral.
Trump: Entiendo su preocupación, pero debo recordarle que el objetivo de este ataque era claro: desmantelar una amenaza directa y presente para ambos países. Hemos identificado el laboratorio destruido como un punto clave en la distribución de fentanilo, que, como sabe, está matando a miles de estadounidenses cada año.
Sheinbaum: Señor Presidente, la lucha contra el tráfico de fentanilo es una prioridad para mi gobierno, y hemos demostrado con hechos nuestro compromiso. Pero los resultados de esa lucha deben lograrse dentro del marco del respeto mutuo. Al tomar acciones unilaterales, no sólo se nos debilita como aliados, sino que también se abre la puerta a consecuencias imprevistas que podrían dañar a nuestros pueblos.
Trump: Presidenta Sheinbaum, permítame ser directo. Mis electores quieren resultados, no explicaciones. Si México no puede controlar la situación, nos vemos obligados a actuar. El mundo está viendo cómo enfrentamos esta crisis, y yo tengo la responsabilidad de proteger a mi país.
Sheinbaum: Y yo, Señor Presidente, tengo la responsabilidad de proteger al mío. México no es un espectador en esta lucha; somos un socio indispensable. Pero el diálogo y la coordinación son fundamentales. No podemos aceptar que la seguridad de un país se imponga por la fuerza sobre otro. Esto no sólo pone en riesgo nuestra relación, sino que también envía un mensaje peligroso a la comunidad internacional sobre el respeto a la soberanía.
Trump: Claudia—si me permite llamarla así—entiendo su posición, pero debe reconocer que los carteles están operando como organizaciones terroristas. Sus acciones no son diferentes de las de ISIS o Al-Qaeda. Declarándolos como tales, buscamos cortar sus recursos y limitar su influencia.
Sheinbaum: Señor Presidente, las palabras importan, y etiquetar a los carteles como organizaciones terroristas tiene implicaciones profundas. En México, sabemos mejor que nadie la amenaza que representan, pero también sabemos que esta lucha requiere inteligencia, cooperación y un entendimiento claro de nuestras diferencias legales y culturales. Permítame ser clara: nuestro compromiso con esta lucha es inquebrantable, pero debemos abordar estas amenazas de forma conjunta y respetuosa.
Trump: Entonces, ¿cómo propone proceder? Porque mi paciencia, y la de mi Congreso, se está agotando.
Sheinbaum: Propongo que formemos un grupo de trabajo binacional, con representantes de alto nivel de ambos gobiernos, que se enfoque en estrategias conjuntas para combatir el tráfico de fentanilo. Esto incluiría el intercambio de inteligencia en tiempo real, operaciones coordinadas y un esfuerzo renovado para controlar los flujos financieros de estas organizaciones. Además, México está dispuesto a considerar una reforma legislativa que permita mayores sanciones a quienes colaboren con estas redes criminales.
Trump: Suena bien, pero los resultados son lo único que importa. Los estadounidenses están muriendo, y no podemos esperar años para ver un cambio.
Sheinbaum: Los mexicanos también están muriendo, señor Presidente. No solo por el fentanilo, sino también por la violencia que generan estas organizaciones. Esta no es una guerra que podamos ganar con misiles; es una lucha que requiere paciencia, estrategia y cooperación.
Trump: Le diré algo, Claudia. Este tipo de conversaciones no son fáciles, pero son necesarias cuando dos grandes naciones como las nuestras enfrentan amenazas tan graves como las que estamos viendo.
Sheinbaum: Señor Presidente, estos temas merecen toda nuestra atención y seriedad. Confío en que podamos abordarlos desde un enfoque de respeto mutuo y cooperación.
Trump: Ese es mi objetivo, pero también debo ser franco. Mi equipo de inteligencia me ha proporcionado informes inquietantes sobre la complicidad de políticos mexicanos con los carteles. Sé que usted ha sido firme en su compromiso con la legalidad, pero es imposible ignorar que el problema no solo está en las calles, sino también en los salones del poder.
Sheinbaum: Señor Presidente, cualquier acusación de esa naturaleza es seria y debe basarse en hechos concretos. ¿A qué personajes se refiere?
Trump: En primer lugar, quiero darle la oportunidad de demostrar que su gobierno puede hacer su trabajo. Estoy seguro de que su equipo tiene las capacidades para identificar a los responsables, llevarlos ante la justicia y, si es necesario, extraditarlos para enfrentar cargos en Estados Unidos. Por ahora, me reservo los nombres, pero le aseguro que nuestros informes son sólidos y estaremos listos para contrastarlos con los resultados de sus investigaciones.
Sheinbaum: Entiendo la gravedad de sus palabras, pero también debo señalar que cualquier acción en este sentido debe llevarse a cabo respetando la soberanía de México y el debido proceso. No permitiremos que se prejuzgue a nuestros funcionarios sin pruebas contundentes y procesos legales claros.
Trump: Estoy completamente de acuerdo. Pero el tiempo apremia, y no podemos esperar demasiado. Le estoy dando un plazo de tres meses, para que me presente resultados concretos. Esto incluye detenciones, extradiciones si son necesarias, y una estrategia clara para desmantelar estas redes. Como usted bien sabe, el fentanilo sigue cruzando nuestra frontera y matando a nuestros ciudadanos. Mis electores no tienen paciencia para demoras.
Sheinbaum: Señor Presidente, México comparte su preocupación. Estamos trabajando incansablemente para combatir estas redes criminales y proteger a nuestras comunidades de su impacto. En tres meses, confío en que podrá ver resultados que reflejen nuestro compromiso con esta causa.
Trump: Eso espero. Y permítame añadir algo más. Mañana por la mañana firmaré una orden ejecutiva que declarará a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Esto nos permitirá movilizar más recursos y actuar con mayor contundencia contra estas amenazas.
Sheinbaum: Esa decisión tendrá implicaciones profundas para nuestra relación bilateral, señor Presidente. Espero que comprenda que etiquetar a estas organizaciones como terroristas podría dificultar nuestros esfuerzos conjuntos y tensar innecesariamente nuestras relaciones diplomáticas.
Trump: Lo entiendo, pero mi prioridad es proteger a los estadounidenses. Además, debo recordarle que las acciones tienen consecuencias. México depende en gran medida de las exportaciones hacia Estados Unidos. Si no vemos progreso, estamos preparados para reconsiderar la relación comercial bajo el T-MEC. Y si es necesario, implementaremos aranceles adicionales para presionar a las autoridades mexicanas a actuar con mayor celeridad.
Sheinbaum: Señor Presidente, imponer aranceles o amenazar con el comercio no es la solución. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá representa un esfuerzo conjunto para construir una región más fuerte y competitiva. Poner en riesgo ese acuerdo sería perjudicial para ambas economías. En lugar de dividirnos, deberíamos enfocarnos en fortalecer nuestra cooperación.
Trump: Estoy de acuerdo en que la cooperación es clave, pero no podemos ignorar los hechos. La falta de control en México está afectando a mi país directamente. Necesitamos resultados reales, no promesas vacías. Y si eso significa usar herramientas económicas para presionar, no dudaré en hacerlo.
Sheinbaum: México no trabaja bajo presiones, señor Presidente. Somos un país soberano y estamos comprometidos con la justicia y la seguridad, no sólo por obligación, sino por convicción. Puedo garantizarle que no dejaremos piedra sin mover en esta lucha. Pero también le exijo el mismo compromiso y respeto hacia nuestro pueblo y nuestras instituciones.
Trump: Me gusta su determinación, Claudia. Espero que podamos convertir esta conversación en acciones concretas. Le daré tres meses para demostrar que México está a la altura del desafío. Mientras tanto, le enviaré a mis equipos para trabajar con los suyos en un plan detallado. Pero déjeme ser claro: el reloj ya está corriendo.
Sheinbaum: Y nosotros no hemos perdido tiempo, señor Presidente. Aprovecharemos cada día para demostrar que México está comprometido con la seguridad, la legalidad y la colaboración internacional. Pero también espero de su gobierno una postura que no sacrifique nuestra soberanía ni el respeto que nuestras naciones merecen.
Trump: Esa es una promesa que puedo hacer, siempre y cuando vea que estamos avanzando en la misma dirección. Le deseo buena suerte, Claudia. La necesitará.
Sheinbaum: No se trata de suerte, señor Presidente, sino de voluntad y trabajo. Buenas noches.
Trump: Buenas noches, Presidenta Sheinbaum.
La llamada terminó con un silencio tenso. La decisión de Trump de declarar a los cárteles como organizaciones terroristas y su insistencia en investigar a políticos mexicanos planteaban desafíos inéditos para el gobierno de Sheinbaum. El reloj ya estaba en marcha, y ambos líderes sabían que los próximos tres meses definirían no solo la relación entre sus países, sino también el curso de la historia.
Nos leemos el próximo domingo. Mientras tanto, la verdadera historia ya se ha comenzado a escribir con la toma de posesión del presidente Trump. Te espero en X, como @enrique_pons. PD. Martín Berdeja, nuevamente, gracias por tu ayuda para construir este último tramo del relato.
Fuente: Latinus