EXPEDIENTE | CORROMPE SANSORES EL PODER JUDICIAL
Tal y como estila este “Gobierno de Robos”, recurrieron a todo tipo de triquiñuelas para consumar la imposición del chilango César Cuauhtémoc Sánchez Cabrera, como nuevo magistrado numerario del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Reformaron la Constitución Política del Estado para eliminar el requisito de residencia y adecuaron otros ordenamientos legales para salirse con la suya.
Una vez más, la 4T campechana confirmó que la corrupción es la base de su proyecto de “transformación”, que sólo busca la perversión de las instituciones, y si alguna ley se opone a la satisfacción de sus caprichos e intereses, ordenan a sus serviles diputados presentar una iniciativa que derogue ese obstáculo, y con su mayoría morenista y aliada, validan su reforma.
Para imponer como fiscal Anticorrupción a una persona servil a sus intereses, como Loreto Verdejo Villacís, cooptaron a legisladores de la “oposición” para alcanzar la mayoría calificada. Para sacar adelante su proyecto de “Tren Ligero”, modificaron la Ley de Obras Públicas, a la que le inventaron la figura de “obra de interés público estatal” para derogar la obligación de cumplir con los requisitos estatales y municipales, como los de no impacto ambiental y afectación a la traza urbana.
La misma estrategia siguieron para que Arturito Bravo Muñoz, el junior de la inútil secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, la guanajuatense Marcela Muñoz Martínez, pueda ser impuesto como vicefiscal general del Estado, con miras a quedarse con el cargo del fiscal Jackson Villacís Rosado.
Por esa misma vía, el chilango César Cuauhtémoc Sánchez Cabrera pudo alcanzar la nominación como magistrado numerario del Tribunal Superior de Justicia del Estado, a fin de proyectarlo a la presidencia de ese poder. Esa sería la pretensión, una vez que la yucateca Virginia Leticia Lizama Centurión renunció, y designaron en su lugar a Manuel Enrique Minet Marrero.
El objetivo claro es fusionar en los hechos y para efectos prácticos a la Consejería Jurídica de la Gobernadora, de donde emanó el dócil magistrado César Cuauhtémoc Sánchez Cabrera, con el Tribunal Superior de Justicia del Estado, para que todos los casos que se encuentran en litigio y que sean del interés de la nefasta, perversa y corrupta gobernadora Layda Sansores, se resuelvan de inmediato, concediéndole así el poder absoluto en el Estado de Campeche.
Ya escribimos que el Poder Legislativo es hoy, más que nunca, una Oficialía de Partes de la senecta mandataria. Todas las leyes que necesite cambiar para darse más poder sobre sus adversarios, serán ajustadas a su arbitrio y capricho, en perjuicio de la sana democracia y de la necesaria división de Poderes, que prácticamente ya no existe en el país.
Ya hemos dicho de igual forma que este modelo absolutista, es el que también se está diseñando para el Gobierno de la República, donde la presidenta morenista Claudia Sheinbaum Pardo tiene a su disposición los votos de la mayoría de los diputados federales y senadores, así como de de las legislaturas estatales para impulsar y obtener los cambios que requiera, así violenten el Estado de Derecho y las garantías individuales de los ciudadanos.
Vistas así las cosas, estamos a sólo un paso de una auténtica tiranía, donde la “democracia” se va a limitar al debate a sombrerazos y gritos en las cámaras federales, pero donde a final de cuentas se va imponer lo que ya decidió este Gobierno de Cuarta que sigue sin dar resultados claros y concretos en el país y en cada uno de los Estados.
Habrá que preguntar a la corrupta y represora Layda Sansores ¿de qué le ha servido ese poder absoluto para manipular las leyes y su aplicación en los tribunales, si son nulos los resultados de su Gobierno?
¿Para qué le sirve su mayoría absoluta en el Congreso y su control total sobre el Poder Judicial y el resto de las instituciones, si seguimos siendo un Estado jodido, que empeora conforme transcurre su Administración?
La gobernadora Layda Sansores es una inútil que sigue sin dar resultados, pues con su Gobierno aumenta la pobreza, el desempleo crece a niveles alarmantes y la inseguridad ya se salió de control. Piensa erróneamente la vetusta y perversa mandataria que gritando que “todo está bien” y que “aquí no pasa nada”, los campechanos le creen. Los hechos la desnudan.
Es catastrófica la situación que se vive en Campeche, y se requiere aplicar un remedio urgente. ¿Cómo? Tomando nota de los abusos y excesos que trajo la estéril concentración de poder obtenida por Morena para controlar los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, para empezar a planear desde ahora la mejor manera de reorientar el rumbo.
Ya vimos que darle todo el poder a Morena no contribuyó en nada a la mejoría de vida del pueblo. Luego entonces, hay que trabajar en la concientización ciudadana, para que a través de la fuerza del voto podamos construir una nueva sociedad, y un nuevo tipo de Gobierno, en donde las instituciones sí funcionen y en donde nadie pueda ostentar un control absoluto y abusivo.
Las consecuencias de entregar semejante poder a una persona inepta, incapaz, negligente, cínica, corrupta y floja como la señora Layda Sansores San Román, las estamos viviendo. ¿Cuánto tiempo más las aguantarán los campechanos?
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