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Semana de selfies

Necesitan fotografías y videos donde se le vea recorriendo el territorio estatal y simulando que trabaja, no olvidemos que después se va ir de vacaciones tres semanas a algún lugar exótico en el extranjero…

“¿Ya se dieron cuenta, preguntó con cierta malicia el poeta Casimiro, que la Tía gobernanta se ha dedicado a recorrer los municipios y tomarse las fotos con todos los acarreados a sus eventos en donde inaugura obritas de a tres pesos, y luego se dedica a prometer el cielo y las estrellas?”

–Es normal que en los días previos a su “informe de Gobierno” acuda a las cabeceras municipales a darse baños de pueblo, respondió el bolero don Memín. Sus asesores de imagen y los que le hacen el documento de su informito necesitan fotografías y videos donde se le vea recorriendo el territorio estatal y simulando que trabaja, no olvidemos que después se va ir de vacaciones tres semanas a algún lugar exótico en el extranjero”.

–“Creo que tu lenguaje ya está obsoleto, se mofó doña Chela de su  obeso compadre. Ya no se llaman baños de pueblo, ahora se llaman “giras de las selfies”, por eso es que se toma fotos con todo el que tenga al lado, para después subirlas a sus redes sociales y presumir la cercanía que tiene con la gente, aunque después no regrese a visitarlos”.

–“No hay que perder detalle de las “obras” que inaugura, recomendó con prudencia el viejo don Julián, porque en la mayoría de los casos son de mala calidad. Se trata de domos escolares, kioskitos de pésimo gusto o parquecitos públicos y ocasionalmente alguna calle pavimentada, porque la propia gente ha estado denunciando que los costos están muy inflados, y que la información sobre los contratistas y los plazos de edificación está oculta, nadie lo sabe, lo que se presta a múltiples chanchullos” apuntó.

–“Lo cierto, añadió el poeta Casimiro, es que el tema de la obra pública es un auténtico desgarriate, y no solo eso, un negocio redondo porque es reducido el número de contratistas beneficiados, la mayoría son empresas de reciente creación y se dice que las asignaciones fueron palomeadas por el sobrino incómodo, previa tradicional mochada”.

–“No solo es un desgarriate la obra pública, arremetió el bolero don Memín, sino que hacen lo que se les pega la gana. Por ejemplo, no han podido terminar de hacer una palapa en el muellecito del 7 de Agosto. El contratista ha argumentado toda suerte de excusas, y no ha podido entregar la obra que, por lo que se ve, será de pésima calidad. No mejoraron nada, y sí pusieron el mismo material flamable para que en cualquier momento se incendie de nuevo”.

–“¡Qué obra pública ni qué ocho cuartos!, respondió encolerizada doña Chela, solo están poniendo en servicio parques y edificios repintados o entregando recursos y apoyos del Gobierno Federal. ¿Dónde están los 26 mil millones de pesos que presupuestaron gastar este año? Nadie sabe, nadie supo, y lamentablemente nadie sabrá” remató la sexagenaria.

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