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OPINIÓN: EN CAMPECHE POR SUPUESTO QUE NO EXISTE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, SIEMPRE HA SIDO ASÍ.

Por: Ángel Escamilla

Todo aquel que entienda la libertad de expresión como libertad para quejarse, para criticar o para hacer notar, está en un error de comprensión.

Campeche es un estado en donde a los gobernantes nunca les ha gustado la crítica, mucho menos la investigación de los temas políticos y de las acciones de gobierno.

Ya que tanto les gusta recordar a Alito… durante su sexenio existía la lista de los “enemigos de Campeche”. La censura era clara y quienes opinamos en contra sentido a su “grandeza” éramos “objetivo” de agresiones de un grupo de personajes que en redes sociales le defendían con garras y colmillos, muchos de ellos, defienden de igual manera al actual régimen.

Aysa, siendo secretario de gobierno de Alito hacia todo para perseguir a quienes criticaban a Alejandro, usaban a la policía para hostigar, amedrentar y amenazar de manera v¡øl3nt@ aunque velada a quienes nos atrevimos a ser “críticos” del gobierno de Moreno Cárdenas. Las obras de ornato todas “monumentales” eran intocables y por más que las críticas periodísticas se le hacía ver el derroche de dinero, su enriquecimiento inexplicable y la falta de una visión de estado en lo económico, cada publicación era motivo de burla, de persecución y hostigamiento por parte de sus hoy más feroces críticos.

Alito optó cerca de la mitad de su sexenio, cuando a sus intereses convino, por dejar de perseguir y hostigar a sus críticos, tenía proyectos y no quería que lo local le afectara en lo futuro.

Cuando Aysa se convirtió en gobernador, la persecución cesó, e incluso se hizo amigo de los críticos, claro, estaba encima la pandemia y la situación de gobernanza fue otra.

En el actual régimen las cosas en cuanto a censura se regresaron al período de Alito pero con agravantes: un tal Alcudia que todo lo quiere convertir en demanda y meter a la cárcel a todos. Y la tóxica presencia de Juan Manuel Herrera cerca de la mandataria.

De la gobernadora no opinaré, y seré claro: no puedo opinar de ella a nombre propio por mandato judicial, ya que por sentencia estoy impedido a hablar de ella. Eso es censura que usa un recurso legal y procesos jurídicos en los que con todo el aparato del estado, recursos humanos, logísticos y materiales para demandar a un ciudadano que con sus recursos debe presentar una defensa contra la demandante que aclara en sus credenciales ante las autoridades “en calidad de gobernadora constitucional de Campeche” de esas asimétrías que les encanta resolver a los organismos internacionales en materia de derechos humanos.

Usar el recurso público para ejercer control de censura sobre un ciudadano es delito, sin embargo, hasta presumen el hacerlo de forma pública.

El fin es conseguir una sentencia desde el poder público que le impida a un ciudadano hacer algo que a quienes ejercen el poder público les parece inadecuado y “agresivo” por tanto lo encuadran como ilegal y proceden a buscar una sentencia judicial que les satisfaga.

Insisto, eso es censura.

No me interesa el caso Jorge González, de la misma manera que mi caso no le interesó a él.

No me agrada el estilo de periodismo de don Jorge, pero no es mi opinión lo que importa, sino los hechos jurídicos promovidos desde un poder público contra un individuo.

Diferentes proporciones, porque cada quien decide qué enfoque dar a sus temas.

La censura judicial, es al menos para mí una clara idea de Juan Alcudia, fue desde que él llegó con sus costosos zapatos de diseñador, que iniciaron las persecuciones.

El otro detonante es Juan Herrera, quién desde el púlpito de los martes, desahoga sus frustraciones y complejos que acuñó durante años. No hay un solo enemigo del régimen, que no sea propuesta del tabasqueño Herrera.

Campeche tiene una crisis de censura, de libertades y de derechos humanos. Y es más grave que en muchos estados.

No necesitan un consejero jurídico que solamente busque pleitos legales, lo que necesitan es entender al gobierno de Claudia Sheinbaun, alinearse como poder público estatal con la Presidenta de México, comprender cuáles son las líneas de poder que ella traza, cuáles son sus narrativas y obedecerla.

Escuchen lo que dijo la presidenta Sheinbaun respecto los casos de censura de Puebla y Campeche: “Cualquier cosa que tenga que ver con la censura estamos en contra… Está garantizada la libertad de expresión y, las y los gobernadores deben garantizarla”.

Y eso de que están aplicando la ley, pues habría que ver a cuántos servidores del poder ejecutivo de Campeche les aplican la ley por sus múltiples acciones con apariencia de delitos.

Carmen en una crisis económica por el impago de Pemex y el tema nacional es la censura contra un medio y un periodista.

Entre esto y la disculpa pública que exigió Noroña no hay diferencia.

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