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Misógina de top ten

No es ella la persona más apropiada para asumir la defensa a ultranza de las mujeres. No lo es, porque la máxima autoridad judicial del país la inscribió en el padrón de personas violentadoras de género…

Promete la gobernadora Layda Sansores San Román una nueva sección de su bodrio semanal en que presentará un “top ten de los misóginos” para exhibir a quienes, según ella, incurran en acciones que denigren, humillen u ofendan a las mujeres.

En otras palabras, la gobernadora de Campeche se convertirá una vez más, en la jueza implacable que juzgará la conducta de los hombres (sus adversarios políticos, periodistas críticos, activistas contrarios a la ideología del régimen, etcétera), que incurran en abusos o en violencia de género.

Nadie sabe quién le confirió a Sansores San Román esas atribuciones. Si alguna organización feminista, una institución que protege a las damas, o algún embajador de la ONU, la Unesco, la OEA, la CNDH o por lo menos un membrete patito, le pidió que encabezara a partir del pasado martes, la defensa institucional de todas las mujeres del mundo.

Porque, hay que decir, no es Layda Elena la persona más apropiada para asumir la defensa a ultranza de las mujeres. No lo es, porque la máxima autoridad judicial del país la inscribió en el padrón de personas violentadoras de género, y aunque también le ordenaron ofrecer una disculpa a las mujeres a quienes agredió, su soberbia le ha impedido cumplir con ese mandato.

Pero en el supuesto de que haya sido ella misma quien se facultó para defender a las mujeres, lo correcto es empezar por arreglar las cosas con quienes ella ha agredido. Por ejemplo, las más de 100 mujeres policías a las que despidió de manera déspota y prepotente, bajo el único cargo de haberse rebelado contra la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz, quien es, por cierto, la única mujer a la que realmente ha defendido.

Para ganarse el mérito de ser defensora de las mujeres, la mandataria campechana debería pedirle perdón de rodillas a Griselda Puc Valverde, a quien destruyó la vida solamente por haberse atrevido a contradecirla. Si Sansores San Román es realmente la paladina de las damas ¿por qué nunca ha hablado de este caso, y sí en cambio se dedicó a sembrar odio en contra de la entonces presidenta de la Junta Municipal de Felipe Carrillo Puerto, hasta que sus fanatizadas huestes acudieron a incendiar su vivienda?

Hay muchísimos casos de la violencia política que la gobernadora de Campeche ha ejercido contra mujeres. Bueno sería que todas las afectadas se unieran y a una sola voz se atrevieran a desenmascararla, a quitarle ese disfraz de adalid de la justicia y de defensora de las personas del sexo femenino.

Y quizá en un momento de lucidez, debería recordar que su obligación es dar resultados como gobernadora. Ofrecerle a los campechanos un top ten de las obras y acciones efectuadas durante su Administración. Porque lo más fácil es echar culpas. Lo verdaderament4e difícil es dar resultados.

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