Expediente

EXPEDIENTE | REPUDIO UNÁNIME A LA REPRESIÓN Y A LA CENSURA

Una semana después del aberrante fallo de la jueza Guadalupe Martínez Taboada en contra de TRIBUNA, Jorge Luis González Valdez y contra Isidro Yerbes Cruz, vinculados a proceso por los presuntos delitos de incitación al odio y a la violencia, el resultado unánime, generalizado y consensado es de repudio, de rechazo a las pretensiones dictatoriales y autoritarias de la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román.

Sus reiterados conflictos socavan la estabilidad del Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, merced a las recurrentes arbitrariedades que comete, y ya causan honda preocupación entre los integrantes del círculo rojo presidencial. Usted sabe, los lopezobradoristas ultra radicales, como la gobernanta campechana, no la están dejando gobernar, pues de manera cotidiana le colocan piedras para que tropiece.

Por eso es que tanto la secretaria de Gobernación, Rosa Isela Rodríguez, como la propia Sheinbaum Pardo, mostraron su enojo, contrariedad y rechazo a la actitud dictatorial y represiva de la mandataria campechana.

Nos cuentan que pese a que algunos personajes cercanos a la presidenta intentaron justificar que sus recurrentes torpezas eran por causa de su senilidad, es tanto el hartazgo que ya hay intención de encontrarle una salida digna. ¡No saben qué favor le harían a los campechanos si consuman ese objetivo!

Lo cierto es que la “victoria” le ha causado a la señora Sansores San Román más daños que beneficios. Su soberbia tuvo un crecimiento tan desproporcionado como las abusivas resoluciones de la jueza Martínez Taboada, pero el balance real, el recuento de los daños le ha provocado no solamente insomnio, sino también varias rabietas de la niña caprichosa que siempre ha sido. En otras palabras, el tiro le salió por la culata.

Si ya de por sí su figura, su nombre y su personalidad eran calificadas como impresentables hasta por los analistas leales a la 4T, con esta resolución judicial con la que pretende hundir a TRIBUNA y a Jorge Luis González Valdez, su desprestigio se ha incrementado a tal grado que los políticos primates del siglo pasado quedan cortos ante sus aberraciones consuetudinarias.

Hay que analizar con detenimiento las recientes declaraciones del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Manuel Enrique Minet Marrero, quien aclaró que el proceso apenas se encuentra en fase inicial, que las medidas cautelares que se impusieron son por un determinado tiempo, no son definitivas, y que el cierre de la investigación está fijado para dentro de dos meses, por lo que se espera que para agosto se tome la decisión final.

Quienes saben que este asunto se ha convertido en una auténtica bola de nieve contra las pretensiones cuatroteras de mantenerse en el poder, no han dudado en buscarle una salida legal a las decisiones extremadamente desproporcionadas tanto de la jueza de control Guadalupe Martínez Taboada, como de la jueza civil Maribel del Carmen Beltrán Valladares, quien condenó TRIBUNA y a González Valdez a pagar 2 millones de pesos al vocero estatal Walther Patrón Bacab, por presunto daño moral.

La solidaridad estatal, regional, nacional e internacional de diversas agrupaciones de periodistas y de agrupaciones defensoras de derechos humanos —porque la de aquí brilla por su ausencia—, ha cimbrado las estructuras de la 4T. Hay un total repudio ciudadano a la pretensión de algunos gobiernos morenistas de eliminar las libertades y los derechos de los ciudadanos.

De hecho, todos coinciden en que González Valdez sería la primera víctima de lo que podría ser una auténtica cacería sin cuartel en contra de los periodistas independientes y de los activistas y defensores de los derechos humanos. Por eso el asunto ha cobrado especial relevancia.

Pocas veces se había visto un respaldo nacional tan unánime y contundente contra una persona víctima del sistema, como se ha observado en el caso de González Valdez.

Actitud que se agradece y nos confirma que solo mediante la unidad y la cohesión ciudadana será posible abortar esas tentaciones absolutistas y dictatoriales.

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