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EXPEDIENTE | MÁS GRIETAS EN MORENA

El discurso triunfalista del chilango dirigente estatal de Morena, Erick Reyes León, no coincide con el rostro de preocupación que muestra en sus “mañaneras”, —que por cierto, es una copia burda, barata y asquerosa de la conferencia matutina presidencial— y en los eventos públicos a los que acude.

Su lenguaje corporal muestra que está apanicado. Que lo están dejando solo. Ni él se traga sus cuentos chinos, y se avizora una catástrofe electoral por su pésimo liderazgo y los nulos resultados del nefasto Gobierno de Layda Sansores.

Le renunció la dirigencia municipal en Ciudad del Carmen, porque Hortensia Manzanilla Félix sí es una luchadora social que no se deja manipular por un pendejo. Ese solo hecho confirmaría el dato de que la Isla está perdida para el partido guinda. 

Si a eso le sumamos el desastroso, conflictivo y confrontado Gobierno de Pablo Gutiérrez Lazarus, que con su silencio cómplice aceptó que las oficinas de Pemex no fueran reubicados a la Isla, entonces hay que dar por perdido no sólo el Municipio, sino en general todo el Segundo Distrito Electoral.

Y este último dato anticiparía que no sólo perderán la Alcaldía sino las diputaciones del Municipio, la Diputación Federal, y van a propiciar que también pierdan el Senado de la República. No hay que olvidar que Morena despojó a los carmelitas del derecho a tener un senador de su terruño, y ese desplante no se lo van a perdonar jamás.

Si al desastre político electoral de Morena en el Carmen, sumamos la inconformidad que se presenta en otros Municipios, entonces podremos concluir que el rostro apanicado de Erick Reyes León tiene razón de ser.

Vea el caso Calkiní, donde el propio presidente del Poder Legislativo, el diputado Antonio Jiménez Gutiérrez, junto con su incondicional César González, organizaron y encabezaron una marcha de protesta contra Morena y Reyes León, por no haber postulado a la diputada Irayde Avilés Kantún como candidata a la Alcaldía, pese a que, según ellos, estuvo adelante en todas las encuestas.

¿Fue un acto de indisciplina partidaria lo que hicieron los diputados morenistas Antonio Jiménez y César González? ¿O los envió la gobernadora para llamarle la atención a Reyes León y hacerle entender que su liderazgo es un verdadero fiasco?

En Hecelchakán tampoco quieren a Esteban Román Yam Cahuich, pues aseguran que fue Gaspar Nah el que ganó las encuestas, pero Reyes León hizo lo que se le pegó la gana y tácitamente entregó el Municipio a Movimiento Ciudadano, que tiene todo para quedarse con otro pedazo de territorio campechano, pues el PRI postuló a gente sin arraigo ni arrastre.

En Tenabo las cosas también están que arden. Pocos aceptan a Mariela Sánchez Espinosa, y todo apunta a que el PAN podrá presumir que ganó una posición si, como se anticipa, la actual alcaldesa Karla del Rosario Uc Tuz, va por la reelección. Y no es que haya hecho un buen trabajo, para nada, pero ocurre que entre todas, es la menos peor.

Tampoco tiene muchas posibilidades de ganar Jamile Moguel en Campeche. La quieren inflar con encuestas cuchareadas y derroches multimillonarios, pero el discurso de la exmocista está bastante enclenque, y si su principal promesa de campaña es “ser como Layda”, entonces lo que obtendrá será copiosos votos, pero de castigo.

A todo lo anterior habrá que agregar el desastroso Gobierno de Layda Sansores, que no ha convencido más que a los lambiscones que dependen de su sumisión y rastrerismo para seguir en la nómina gubernamental.

Ya lo hemos dicho aquí en múltiples ocasiones y vale la pena reiterarlo: la gobernadora de Campeche es el principal lastre de su partido y la que propiciará que gran parte de la ciudadanía vote en contra de sus candidatos y candidatas.

No se avizora un futuro promisorio para los candidatos morenistas. Erick Reyes León dejó muchas trincheras abiertas, y agrietó a Morena con candidatos débiles y sin respaldo. En su pecado llevará la penitencia.

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