EXPEDIENTE | CIMBRA DENUNCIA SOBRE ‘NARCO GUBERNATURAS’
Las recientes revelaciones de la periodista Anabel Hernándeez (autora de varios libros, entre ellos Las señoras del Narco; Los señores del Narco; La historia secreta, AMLO y el Cartel de Sinaloa), sobre el financiamiento con dinero del narcotráfico a las campañas de Morena, ha cimbrado las estructuras de varios gobiernos estatales que temen acciones legales en su contra.
Ya es conocida la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el tema al calificar a las organizaciones de narcotraficantes como terroristas, y nos hemos enterado del sobrevuelo de aeronaves estadunidenses (principalmente drones), sobre territorio mexicano y campechano, para ubicar posibles refugios de esos delincuentes.
Por eso es que ha llamado poderosamente la atención, la revelación de Anabel Hernández sobre el testimonio de Jocelyn Hernández Jiménez, exoperadora de Morena y cercana a Andrés Manuel López Beltrán, quien ventiló cómo habrían financiado campañas.
Anabel expuso que desde diciembre 2024 existe en una fiscalía federal de Nueva York, un expediente contra el expresidente de México Andrés Manuel López Obrador, y los gobernadores de extracción morenista Rubén Rocha Moya, de Sinaloa y Américo Villarreal, de Tamaulipas.
Además, la denuncia sostiene que diversas organizaciones criminales, entre ellas el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo, financiaron campañas políticas de Morena a cambio de posiciones estratégicas dentro de estructuras de gobierno estatal y municipal.
En la narración de hechos y pruebas testimoniales presentadas, añade la periodista Hernández, “el escándalo salpica a los gobiernos morenistas de Nayarit, Tabasco, Sonora, Baja California, Campeche, Michoacán y Colima, y a la Secretaria del Bienestar, responsable de administrar los programas sociales emprendidos por AMLO para atender la pobreza”.
Los documentos que se encuentran en una corte federal de NY contienen testimonios directos, en audio y video de operadores electorales de MORENA, remató la escritora.
No es Anabel Hernández la única persona que ha hablado de la infiltración del narco en las campañas morenistas. Gibrán Ramírez, uno de los fundadores más destacados de Morena y exaspirante a dirigir a ese partido, reveló que el dinero del narcotráfico permeó al partido guinda y explicó que varios diputados morenistas de forma “ingenua”, o desde la “perplejidad”, le comentaron haber recibido recursos de origen ilícito, pues solían recibir dinero para sus campañas en efectivo, incluso en moneda extranjera.
Se trata pues, de un asunto de interés público, que debe debatirse sin apasionamientos, sin amenazas de demandas legales posteriores, y sobre todo de cara al futuro que le espera a nuestro país, en caso de que sea verdad que hubo dinero ilegal en las campañas de varios de los que hoy gobiernan este país.
En el caso de Campeche, es de esperarse que nuestras autoridades nieguen rotundamente tal versión. Y es ingenuo esperar que en contra respuesta, esos carteles delincuenciales presenten las facturas que acreditan tales aportaciones; ya sabemos que eso se maneja por cash y por lo común sin testigos incómodos.
Pero hay quienes estuvieron directamente en el sitio (o debieron estar), como los coordinadores de esas campañas políticas, y en el caso de Campeche esa posición la ocupaba el hoy senador Aníbal Ostoa. ¿Sabe algo de aportaciones ilícitas? ¿Tienen documentados los ingresos y los egresos de esa campaña? ¿El fuero lo protege de posibles consecuencias legales posteriores?
Es el mismo caso de Gerardo Sánchez Sansores, alias Seso Loco, quien se ostenta como el que realmente operó la campaña de su tía, y a lo largo de la campaña se encargó de presumir cómo controlaba a los liderazgos naturales que estuvieron vinculados al PRI y al PAN, y a quienes cooptó para anexarse a Morena.
Incluso hay decenas de fotografías del derroche en colonias y comunidades rurales, a donde llevaba regalos, despensas, repartía dinero en efectivo y encabezaba otras gestiones para inducir el voto morenista, que ameritaban un abultado presupuesto. Ese dinero ¿de dónde salió? ¿Acaso era parte del cochinito que le armó su esposa desde Secretaría de Finanzas de Alito? Hay razones incluso para preguntar si América Azar Pérez sabía algo del tema.
Lo cierto es que es un tema muy actual y es una de las prioridades del mandamás norteamericano Donald Trump. Y lo peor para quienes pudieran estar involucrados en esos hechos, es que la actitud colaboracionista de la presidenta Sheinbaum no muestra indicios de que vaya a tolerar la probanza de que hay gobernadores manchados con el dinero del narco, de suerte que pudieran avecinarse movimientos verdaderamente telúricos en algunas entidades del país. Al tiempo.