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EXPEDIENTE | CIFRAS OFICIALES CONTRADICEN A LAYDA

Hasta octubre de este año, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en Campeche se habían cometido 76 homicidios dolosos, de los cuales 68 (el 89.5 por ciento), fueron perpetrados con armas de fuego y se ajustan a la descripción de lo que corresponde a ejecuciones.

De enero a octubre de 2023 se cometieron 77 homicidios dolosos, de los cuales 46 (el 59.7 por ciento) se cometieron con armas de fuego, y como tal, pudieran ser registradas como ejecuciones, aunque no siempre una situación de ese tipo corresponde a la otra.

Es preocupante que entre un año y otro, de 2023 a 2024, aumentó en 30 por ciento la cifra de asesinatos con armas de fuego. Pero aún más preocupante es que la inepta, negligente, corrupta y farsante gobernadora Layda Sansores no sepa leer los números oficiales y ajustarlos a la realidad que se vive, para implementar políticas públicas que proporcionen seguridad y paz a los habitantes de esta muy golpeada entidad.

No es un juego de números ni un intento por magnificar la crisis de inseguridad que padece Campeche. Es simplemente una relatoría numérica con cifras oficiales de lo que lamentablemente está sucediendo desde que llegó a la Secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana la inepta y corrupta Marcela Muñoz Martínez, que ha fracasado en detectar la proliferación de armas de fuego en la entidad. Sólo se dedica a extorsionar a los campechanos que circulan en autos o motos.

Mientras la terca gobernadora afirma “que durante septiembre y octubre” no hubo homicidios atribuibles a la delincuencia organizada, esta semana se dio a conocer un reportaje con datos oficiales sobre la presencia de esos grupos en la entidad. Informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) señalan que las actividades delictivas se centran en Ciudad del Carmen, Escárcega, Candelaria y Hopelchén, porque gran parte de su territorio es idóneo para aterrizar aeronaves con drogas procedentes de Centroamérica.

Reportes de inteligencia indican que en Campeche el Cártel de Sinaloa tiene presencia en Escárcega, Candelaria y la zona fronteriza México-Guatemala, donde se da el mayor número de aterrizajes de narcoavionetas. También opera con mucha violencia la “Familia Valencia”, en Escárcega, Candelaria y Campeche. La célula delictiva que irrumpió con Layda Sansores es Pura Gente Nueva, con base en Ciudad del Carmen, y se presume que están aliados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para conquistar la capital y la zona colindante de Yucatán.

Hasta el 2 de diciembre se contabilizaban oficialmente 90 homicidios dolosos, de los cuales el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), asegura que 73 fueron ejecuciones atribuidas al crimen organizado y ligadas a la célula Pura Gente Nueva.

El reportaje sostiene que “la complicidad oficial es evidente en Campeche ante el crecimiento a sangre y fuego de Pura Gente Nueva, y hay que agregar que, a pesar de las acusaciones de presuntos nexos con el crimen organizado, Layda Sansores ratificó a Marcela Muñoz como titular de Seguridad”.

¿Ese es su interés por ocultar la gravedad de las cosas que ocurren en Campeche? El pasado martes, en su programa, la corrupta mandataria sostuvo que “les guste o no, les duela o les dé urticaria, Campeche sigue siendo de los Estados más seguros del país”. Pese a que ella acomoda sus números para mantener esa narrativa, las cifras oficiales sostienen que el problema va creciendo.

Noviembre de 2024, según cifras no oficiales, se posicionó como el tercer mes con mayor incidencia de ases¡natos al estilo s¡carial en Campeche, al registrar siete ejecuc¡ones, igualando a enero y sólo por debajo de agosto, que acumuló 11 homicidios.

Esa misma investigación sostiene que los Municipios del sur del Estado (Carmen, Calakmul, Candelaria y Escárcega) concentran el 71.9% de las ejecuc¡ones, y que los hom¡cidios son resultado de enfrentam¡entos entre los grupos que disputan la plaza para el trasiego de cocaína, robo de h¡drocarburos, secuestro, extors¡ón, robos al transporte de carga, combustibles y vehículos, soborno de autoridades, narcomenudeo y tráfico de indocumentados.

Si esos grupos tienen nexos con estas autoridades, como asegura el reportaje, no tenga duda que más temprano que tarde saldrán a la luz pruebas suficientes para exhibir esa putrefacción que ha acabado con la paz y la tranquilidad que fueron tan proverbiales de Campeche. Tal y como escribió Cervantes en El Quijote, a cada cerdo le llega su San Martín.

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