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EXPEDIENTE | CHANTAJISTA, EL GOBIERNO DE LAYDA

Alta estridencia dejó la acusación del expresidente municipal de Candelaria, Salvador Farías González, contra la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román, en el sentido de que chantajea a los alcaldes con cuentas pendientes y les pide afiliarse a Morena a cambio de impunidad.

Francote y directo, como buen hombre del campo, el tres veces alcalde candelarense confirmó lo que se sabía sólo por rumores: “La gobernadora opera así: ‘Tienes un desvío de 300 mil pesos, ¿te hacemos juicio o te vienes para acá?’. Así está trabajando Morena ahorita”.

Farías González aseguró que estas prácticas buscan debilitar a la oposición. Reveló que en el proceso interno del PAN celebrado el pasado domingo, en que se eligió a Nelly Márquez como nueva presidenta estatal (Farías apoyó a la planilla contraria que encabezó Karla Tuz): “Varios consejeros denunciaron que fueron calados por el Gobierno del Estado, les ofrecieron apoyo a cambio de su voto”.

Y reiteró: “El partido oficialista está usando el poder para asegurar su control político con miras a 2027”. Se trata de señalamientos muy graves y muy serios que las autoridades electorales debieran investigar.

El propio Farías González, así como la nueva lideresa estatal panista, Nelly Márquez, quien ha hecho acusaciones coincidentes al respecto, deberían ir al Instituto Electoral, tanto del Estado como Federal, a presentar denuncias para que el asunto no se quede solo en un hecho anecdótico.

En redes sociales se han difundido testimonios de consejeros estatales panistas de varios Municipios (Hopelchén, Carmen, Seybaplaya y Campeche, por ejemplo), acerca de cómo fueron citados a Palacio de Gobierno para pedirles que respaldaran con su voto a la planilla de Karla Tuz, a cambio de incentivos económicos y de favores políticos. Estas acusaciones ayudarían a fortalecer la denuncia contra el autoritario Gobierno de Layda Sansores por delitos electorales.

Lo cierto es que Farías González puso en evidencia las corruptas estrategias del Gobierno que encabeza Sansores San Román, para tener el control absoluto de varios partidos. Ya sabemos que tienen a su servicio al PT y al PVEM, y que los diputados panistas y priístas en el Congreso del Estado están maiceados y votan a favor de las iniciativas de Morena.

Lo terrible es que hayan desviado recursos públicos para tratar de controlar el proceso interno en el PAN. ¿Cuántos consejeros se vendieron y a cambio de qué? ¿Cuánto dinero recibieron a cambio de traicionar sus ideales?

Ojalá que Nelly Márquez, de nueva cuenta al frente del PAN, inicie una investigación al respecto con sus consejeros y revele públicamente los detalles, pues representa un adelanto de todo el operativo que se implementará en los comicios de 2027 para renovar la gubernatura.

Layda Sansores sabe que su catastrófico desempeño en el Gobierno del Estado le traerá un castigo en las urnas de dimensiones exorbitantes y desde ahora busca amainar el daño. ¿Cómo? Repartiendo dinero para tener control político, con lo que incurre no sólo en delito electoral, sino en desvío de recursos públicos.

Indirectamente también se confirma que las instituciones de combate a la corrupción, de fiscalización de los recursos públicos y electorales no están cumpliendo con sus funciones, sino que fungen como instrumentos de presión y cooptación de liderazgos opositores para que se alineen a los intereses perversos de la nefasta mandataria campechana.

“O te afilias a Morena o cárcel”, es la consigna del Gobierno de Layda Sansores en contra de exalcaldes, presidentes municipales en funciones y exservidores públicos, con lo que se desploma el discurso farsante de la mandataria en el sentido de que su Gobierno combate la corrupción, pues por el contrario, la incentiva.

Hoy puede afirmarse, según el testimonio de Francisco Farías González, que Morena no recluta cuadros nuevos, sino que afilia a los personajes más corruptos, que tras robarse el dinero de su pueblo, presumen con cinismo su militancia en un partido que tiene como principios básicos “no mentir, no robar y no traicionar”. Qué desfachatez. Qué desvergüenza.

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