Opinión

EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR | 31 DE MAYO DE 2025

LOCURA TOTAL O CINISMO DESBORDADO DE LA-IDA.

Desde la primera emisión de su “Maragos” (Martes de la Rata Asquerosa, Gorda y Sinvergüenza), la corrupta e innombrable goberladrona de la tierra de serpientes y garrapatas emprendió una campaña de desprestigio contra este medio. Para ello ha usado cuanta herramienta tiene a la mano: insultos, difamaciones, mentiras, incitaciones al odio, violencia de género y cuanta estupidez atraviesa su redonda cabeza olmeca.

Se cree propietaria de la verdad absoluta y nos descalifica señalando que somos un “pinche pasquín”, que extorsionamos, que robamos al Gobierno, que lo que publicamos no es verdad, que no deberían leernos, que somos misóginos… y paradójicamente, nos demanda por usar esas mismas herramientas en nuestra defensa. Pero, ¿acaso no son esas las armas que ella eligió para combatir?

En ese mundo ideal que se construye pintado de guinda, y en el cual ya se siente dictadora, sólo ella tiene derecho a agredir, y nadie tiene derecho a defenderse. La sinvergüenza tiene derecho a llamar piraña al periodista González Valdez, pero se ofende cuando le llaman boca de cherna, bruja, Hermelinda Linda, Ruca Gacha y demás. ¿Olvida que la moneda tiene dos caras?

Califica a sus críticos de misóginos, pero se indigna cuando la califican de loca, corrupta, ladrona, mentirosa y demás. Peor aún, desacredita a este medio como pinche pasquín, pero se ofende cuando le demostramos que el suyo es un gobierno de mierda, nefasto, rapaz y fracasado. ¿Ya se deschavetó? ¿Se cree intocable? ¿Está perturbada?

Si ha comentado que su familia era muy católica —aunque evadió desde hace 60 años el séptimo mandamiento—, ¿por qué nunca le leyeron la santa Biblia? Entre las tantas enseñanzas que arrojan los evangelios, San Mateo (7:2) declaró que “con el juicio con que juzgas, serás juzgado; y con la medida que mides, te medirán”. Pero a sus 80 años, la corrupta e innombrable goberladrona sigue sin entender esta simple lección, que es ley de vida.

Precisamente por su conducta abusiva, arbitraria y falsa es que la repudia más del 80% de la ciudadanía. Ofreció un cambio que nunca llegó. Prometió acabar los privilegios del poder, como el uso de guaruras, choferes, autos de lujo y viajes en primera clase y jets privados, y ha sido exhibida muchas veces disfrutando esos privilegios. Juró acabar con la corrupción, y en su Gobierno son numerosos los casos de deshonestidad que ella misma encubre.

Que quede claro: no son las verdades que le publica TRIBUNA las que le generan ese enorme repudio popular. Es su deleznable conducta la que llevó a su Gobierno al desprestigio, a la decepción y al fracaso. Si se pusiera a trabajar, en vez de seguir acosándonos legalmente, a lo mejor obtendría mejores resultados. Que no se distraiga, ¿o es que distraer es su estrategia para ocultar su fracaso?

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