DELINCUENTES POLÍTICOS
“Nacimos para señalar los abusos y romper el pedestal donde se creen intocables”: de los colectivos feministas de Campeche a la gobernadora Sansores…
¿Qué diría la Layda Sansores de 1997, si escuchara a la Layda Elena de octubre de 2025, derogando de un manotazo, el derecho ciudadano a la protesta y a la libertad de expresión?
¿Cómo creer que es la misma persona aquella que con sus huestes pateaba puertas, rompía ventanas, hacía explotar los vidrios de los edificios púbicos, extraía documentos, equipos y otros materiales de casas ajenas y que se sumaba a cualquier movilización de protesta contra los gobiernos del PRI y el PAN?
¿Qué parte de su cerebro se atrofia cuando en el pasado justificaba esas estrategias de movilización política, y ahora las considera actos delincuenciales que atentan contra el patrimonio cultural de la humanidad?
La respuesta más lógica a las interrogantes que hemos planteado, es simple. O no es la misma persona, la que antes actuaba y ahora condena esas actuaciones. O es una farsante que se ha suplantado a sí misma.
Ese “aviso”, advertencia o amenaza que lanzó desde su púlpito omnipotente el pasado martes por la noche, debería tener un efecto retroactivo, aprovechando que los legisladores federales de su partido intentan aplicar ese criterio en las leyes que les convenga. Y si sumamos todos los desmanes que Layda Elena cometió en sus 24 o 25 años de supuesta lucha opositora, tal vez deberíamos imponerle, de acuerdo con sus propios criterios, cadena perpetua.
Porque sus posturas políticas actuales no tienen ninguna congruencia con las que enarboló en el pasado. Y es de personalidades turbias, llegar al poder por la vía violenta, agresiva o rebelde, y que, una vez en el poder, emitir decretos para prohibir ese tipo de actitudes. Y no, no es pánico al karma. Es simple incongruencia. Farsantería.
Lo bueno es que las colectivas feministas de Campeche respondieron de botepronto a las amenazas de la gobernadora, y ya le dijeron que no, que ellas no van a estar de rodillas, y que tampoco van a besarle los pies, ni a rendirle pleitesía. “Nacimos para señalar los abusos y romper el pedestal donde se creen intocables” rubricaron.
Qué curioso que una persona que todo el tiempo se desgañitaba contra los gobiernos represores, hoy haga de esa práctica su estrategia para someter a los contrarios, para callar a los críticos y para anular a las activistas que no se rajan ni se rinden. Que prefieren inscribirse en la lista de delincuentes políticos candidatas a la cárcel, antes que incurrir en el culto a la personalidad que tanto aprecia la mandataria.
Qué mala estratega es Layda Sansores para la guerra. Abriendo trincheras repletas de enemigos, por todos lados.