Arbitraria
Ella ha admitido públicamente que lo es, por lo que debemos decirle a los jueces, magistrados y censores judiciales, que cuando la catalogamos como tal, no la estamos insultando, ni ofendiendo ni humillando…
Hay dos frases pronunciadas por la gobernadora Layda Sansores en la más reciente emisión de su “Martes del Jaguar”, que sin duda retratan la manera tan arbitraria, caprichosa y veleidosa como ha ejercido el poder, y como ha sido su conducta personal a lo largo de toda su trayectoria.
Primero justificó que vaya a enviar su mensaje político con motivo de su “cuarto informe de Gobierno” el 1 de agosto y no el 7 como se estilaba. Si bien así lo ha hecho durante los últimos cuatro años, jamás se había explicado con tanta claridad. “Lo hago porque me da la gana” expresó literalmente.
Más tarde, a propósito de una más de sus mentiras, para negar que se haya referido al periodista Jorge González Valdez como “don Pirañón” (pese a que hay evidencias en audio y video de que sí lo ha dicho en varias ocasiones, lo que reafirma que es una mentirosa contumaz), Sansores San Román dijo que lo llamó así “porque me parece chistoso”.
Ambas declaraciones no hablan ciertamente de que la mandataria campechana tome decisiones con base en un proceso de razonamiento previo, de análisis racionales sobre las posibles consecuencias de sus dichos o de sus actos, sino simplemente “porque le da la gana”, o “porque se le hace chistoso”.
Ambas expresiones definen directamente a una personalidad arbitraria, que reacciona no que razona, que decide sus acciones por el impulso y no por la racionalidad, y que “le vale lo que le digan” (que esa fue una tercera frase expresada en el programa de marras) como consecuencia de sus actos.
En este contexto, es obvio que la personalidad de Sansores es arbitraria. Ella misma se ha definido y ha admitido públicamente que lo es, por lo que debemos decirle a los jueces, magistrados y censores judiciales, que cuando la catalogamos como tal, no la estamos insultando, ni ofendiendo ni humillando. Ella se ha asumido como tal y por tanto, debe aceptar también que se le califique con ese apelativo.
Lo lamentable para todos, es que es una persona arbitraria la que se encuentra al frente de la titularidad del Poder Ejecutivo. No tenemos a una persona que tome decisiones con base en la razón, la lógica, el derecho, la justicia, el respeto o el bien común, sino a quien hace las cosas “porque se le da la gana”.
A contrario sensu, podemos afirmar que si no hace las cosas bien, si no se dedica a trabajar, si no respeta la ley y el derecho, si no transparenta el ejercicio de los recursos públicos, si no respeta los derechos humanos, y si no se dedica a trabajar como manda la Constitución, es “porque no se le da la gana”.
Y llegado a este punto, podríamos entender –pero no justificar—el por qué Campeche ha sufrido un retroceso histórico durante esta Administración estatal. El por qué no hay obra pública, ni atracción de inversiones ni resultados palpables. No se le ha dado la gana. Y a estas alturas tal vez ya solo tenga ganas, pero de irse…