EXPEDIENTE | MUCHO SHOW, SIGUE SIN HABER RESULTADOS
Festejó la presidenta Claudia Sheinbaum ante más de 400 mil acarreados, según cifras oficiales, su primer año de haber asumido el cargo. No le bastó con los acarreos en las 32 entidades federativas donde acudió para presentar un resumen de su “informe”, tuvo que llenar el Zócalo de la capital del país para satisfacer su ego.
En nada le ayuda a la presidenta que los encuestadores oficialistas le concedan hasta 80 por ciento de aprobación ciudadana. Nadie lo cree. Y lo peor es que tampoco le ayuda al país, pues ella misma se concede un amplio margen para seguir cometiendo errores. Ya debieron haberla ubicado en el bando de los gobernantes impopulares, pero no, sus asesores le siguen cultivando la vanidad.
Tampoco le ayuda a los mexicanos que la presidenta Sheinbaum se siga creyendo ese falso cuento de que es la más querida en la historia contemporánea. No, porque los resultados de su Administración no son perceptibles. Ni siquiera ha podido acabar con el desabasto de medicamentos.
Fuera del despilfarro de más de 800 mil millones de pesos en los programas asistencialistas y electoreros, el país sigue dando bandazos por todos lados. La inseguridad solo ha decrecido en las cifras oficiales, pero en la sociedad permanece la percepción de que cada día estamos peor. La economía permanece estancada, y el súper salario que supuestamente los gobiernos de la 4T le han dado a los obreros, no alcanza para los gastos del hogar. Se lo comió la inflación.
Para no irnos muy lejos hay que recordar que en Campeche hay problemas que persisten desde hace ya más de un año, y que ella, la señora Sheinbaum, no ha podido resolver, pese a las mentiras de sus aduladores y lanzadores de incienso, encabezados por la gobernadora Sansores. Los proveedores de Pemex siguen sin cobrar sus facturas, y esa ausencia de circulante ha provocado la más grave crisis económica para la isla carmelita. Asusta que en ningún párrafo de sus informes triunfalistas se haya referido a este tema.
Ha evadido la presidenta referirse a la triste realidad de que ninguna de las obras faraónicas de López Obrador han funcionado en Campeche. Ni el Tren maya, ni el Tren Ligero, ni el acueducto de Xpujil, ni las universidades del bienestar han dado frutos y siguen siendo tristes elefantes blancos.
Sigue igual la carencia de medicamentos en los hospitales. Ni las citas médicas han mejorado, por eso hay quejas en todas partes, porque el sistema de salud pública del Gobierno de la 4T ha resultado un fracaso. Lo peor es que a partir de octubre y noviembre, los servicios médicos serán universales. Si no pueden atender ni a sus derechohabientes, ¿cómo podrán el IMSS o el ISSSTE dar consultas y medicinas a todos los que acudan a atenderse? Es de pánico lo que se avecina.
No sorprende que la presidenta haya puesto oídos sordos a las exigencias de los campechanos. No se interesó, por ejemplo, en el problema de los policías despedidos, pese a que entre las personas afectadas haya por lo menos 80 mujeres. ¿No que es una presidenta feminista?
Y lo que asusta más es que persista en su afán de blindar a la gobernadora Sansores de todo cuestionamiento público. Ha avalado con su silencio, o con su lisonja barata para con la gobernante, a quien cataloga como “una luchadora social”, que en Campeche se pisoteen los derechos humanos, que se persiga a los periodistas críticos y que se resuciten métodos medievales como la censura previa, para frenar cualquier señalamiento crítico contra la mandataria. ¿No que los gobiernos de la 4T garantizan la libertad de expresión? Bah. Palabrería hueca.
La presidenta Sheinbaum no solo ha avalado la censura previa en Campeche, sino que tampoco se pronunció en contra de la estrategia poblana para acallar las críticas en las redes sociales, y para colmo, enviaron a un estúpido legislador federal morenista, a proponer penas de cárcel y multas a quienes utilicen inteligencia artificial para mofarse con memes de los políticos y servidores públicos. ¿Empezarán encarcelando a Layda Sansores que utiliza esa tecnología para ridiculizar a sus adversarios críticos?
Cercada por las graves irregularidades de su antecesor, agobiada porque cada día afloran más pruebas de que prominentes representantes de la 4T están involucrados en la delincuencia organizada, sea mediante el huachicol o con su abierta protección a los cárteles de la droga, a la presidenta Sheinbaum se le ocurrió que mediante el acarreo en las 32 entidades federativas y en la capital del país, los mexicanos le creerían sus excusas y su postura ambiguas para exigir que esos delitos se castiguen.
Es más fácil perseguir a sus opositores políticos como Alejandro Moreno Cárdenas —con lo que de paso abona para que Layda Sansores satisfaga la más cara de sus obsesiones—, que enfrentar con la ley en la mano a todos sus compañeros de partido que traicionaron sus principios y que le dieron la espalda al país. No puede hablar Sheinbaum de combate a la corrupción si su Gobierno no envía a la cárcel a uno de los suyos.
No. El suyo no ha sido un Gobierno de resultados. Sus encuestas de popularidad son cantos de sirena para engañarla y tratar de engañarnos. Aún le falta hacer muchísimo, para que de verdad pueda aspirar a ser una buena presidenta.