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Súper Woman

Anoche se dio a conocer la aparición de una nueva súper heroína que se encargará de defender a las atribuladas mujeres que sufren maltrato y vejaciones de sus maridos panzones, irresponsables y borrachos…

Doña Chela llegó a la reunión vespertina con sus amigos de tertulia en el Parque Principal disfrazada de porrista. En las manos llevaba pompones dorados y azules, minifalda blanca, blusa roja con una enorme “S” en el pecho, tenis blancos y calcetas coloradas que hacían juego con su outfit principal.

–“A la bío, a la bao, a la bim, bom, bam…súper woman, súper woman, ra-ra-ra” gritaba al tiempo que con inusual coreografía daba muestras de jovialidad, pese a sus casi 60 años.

Don Memín la miraba asombrado, pues nunca se percató que a su amiga de muchos años se le estaba aflojando algún tornillo. El poeta Casimiro estalló en carcajadas y le recordó que el desfile por el orgullo lésbico-gay se realizó el pasado sábado, por lo que estaba fuera de tiempo, mientras que don Julián solamente meneaba de un lado a otro la cabeza.

–“Hoy es un día de fiesta, exclamó la exburócrata estatal, porque anoche se dio a conocer la aparición de una nueva súper heroína que se encargará de defender a las atribuladas mujeres que sufren maltrato y vejaciones de sus maridos panzones, irresponsables y borrachos”.

–Bueno, preguntó confundido don Memín, ¿acaso Warner Bross, Marvel, Universal Pictures o estudios Chapultepec ya anunciaron una nueva cinta sobre súper héroes y heroínas?”

–Nada de eso, respondió jubilosa doña Chela, quiero anunciarles que los habitantes del reino de la culebra y las garrapatas ya tenemos a una defensora de las mujeres, quien dará la cara cada vez que nos agredan, y quien se encargará de poner en su lugar a esos pelafustanes que nos consideran sus sirvientas”.

El rostro de cada uno de sus amigos de tertulia quedó impávido. Unos asombrados, otros asustados, y don Julián sumamente divertido.

–Cada vez que una dama tenga hueva y no quiera cocinar, deberá enfrentar a su marido y ordenarle que la lleve a un restaurante. Y si no cumple, entonces es misoginia y debe llamar a Súper Woman para que le coloque dos wascopes a ese violentador de género. Si una esposa no quiere lavar la ropa ni planchar o de plano se dedica a holgazanear todo el día y su marido le reclama, entonces llame al 911 y exija la presencia de la heroína para castigar a ese generador de odio y de violencia…Podremos vivir en medio de la pobreza, de ejecuciones, robos, violaciones y demás, ¡pero que nadie sea misógino porque todos se irán a la cárcel!” exclamó.

Sus amigos quedaron sorprendidos, asustados, patidifusos y a punto del infarto. Ya no supieron si sugerirle que vaya al psiquiatra porque podría ofenderse y sentirse agredida, por lo que la dejaron ser, brincotear entre las bancas del Parque Principal y seguirle echando porras a su nueva heroína…

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