Opinión

EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR | 02 DE JUNIO DE 2025

4 AÑOS DE CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

La razón principal por la cual Layda Sansores utiliza todo el poder del Estado para censurar y desaparecer este medio de comunicación, es porque prometió combatir la corrupción, y no cumplirá. Peor aún, ha encubierto tantos desvíos de su gabinete, que ya los campechanos la ven como una corrupta más, que resultó peor que sus antecesores.

Se negó a investigar a Raul Pozos Lanz y Armando Toledo Jamit, exhibidos en video sacando millones de pesos en efectivo del palacio de gobierno. Siguen impunes los millonarios desvíos de Xóchitl Mejia Ortiz en la Sebien, de Karla Sánchez Sosa e Isabel Espinosa Segura en la Sedumop, de Marcela Muñoz Martínez en la SPSC, de Ricardo Sánchez Cerino en el IEEA, de Luis López López en el Indajucam, de Eutimio Sosa Espina en Cultura y desde luego, los de su sobrina América Azar Pérez en la administración anterior. 

Mantiene también congelada la carpeta de investigación de Pablo Gutiérrez Lazarus, abierta en la Fiscalía Anticorrupción desde 2019. A un mes de rendir su cuarto informe de escasas actividades, podemos asegurar que no combatió la corrupción, ni intentó acabar con la impunidad que disfrutan los mencionados al calor de Morena. Gracias a Dios solo restan 805 días a esta negra administración.

NÁUFRAGOS DE LA ERMITA EXIGEN SOLUCIÓN

Las quejas de los vecinos de La Ermita siguen siendo ignoradas por el Gobierno de Todos los Sansores, cuya atención está puesta en la inauguración del Tren Ligero prevista para dentro de tres semanas. Fueron insuficientes los drenajes que dejaron quienes realizaron la obra, y se inundan con cualquier lluvia que cae.

Pero las consecuencias de los elevados caminos realizados para el Tren Ligero no terminan ahí, pues se impide el tránsito vehicular, con lo que se imposibilita a los vecinos de esa zona a recibir servicios de transporte público, de atención médica en caso de emergencia, de envíos particulares de comidas y paquetería, etc. Los aislaron de la ciudad, convirtieron sus casas en potenciales estanques y hoy nadie les responde por las limitantes que esta situación les acarrea. 

Tampoco se necesita ser adivino para adelantar que una vez inaugurada la obra el gobierno se lavará las manos ante cualquier inconveniente. Como la operación del Tren Ligero será responsabilidad del Ejército Nacional, mandará a los quejosos a la zona militar, donde serán ignorados y silenciados como se hacía antiguamente. Vaya retroceso el que estamos teniendo este nefasto sexenio.

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