EXPEDIENTE |EL FANTASIOSO “DESTAPE” DE PABLO GUTIÉRREZ
Quien intentó capitalizar a su favor la gira de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo por su Municipio, fue el alcalde carmelita Pablo Gutiérrez Lazarus.
Ni siquiera había abordado la presidenta su avión de regreso a la Ciudad de México, cuando el alcalde expriísta, expanista, exmocista y próximamente exmorenista, ya estaba difundiendo la única foto que pudo tomarse al lado de Sheinbaum Pardo, en tanto que sus promotores de imagen y publicistas a sueldo se encargaban de soltar la versión de los supuestos “elogios” que le habrían prodigado durante el evento en territorio isleño.
“Pablo es el bueno, ya recibió el visto bueno de la Presidenta, en su discurso habló maravillas de él, a Pablo ya nadie lo para” decían y repetían sus promotores y publicistas, al mismo tiempo que daban a conocer una relación de destacados personajes que se habrían sumado a su equipo de precampaña (entre ellos a los exgobernadores Fernando Ortega y Carlos Miguel Aysa, por citar dos casos), para rubricar la versión de que “ya todo está definido”.
La realidad de las cosas pudo constatarse el mismo día de los hechos, y corroborarse con las imágenes que puntualmente se distribuyeron: Pablito fue colocado en uno de los extremos del presídium, tuvo una intrascendente participación y recibió una mención por mera cortesía, que en ninguna parte sería tomada como prueba de que “es el bueno” o de que “ya recibió el respaldo presidencial”.
Son válidas ciertamente las aspiraciones del alcalde carmelita. Hay por lo menos una encuestadora (que por cierto NO ES la que le trabaja a la gobernadora), que lo coloca como la mejor opción por Morena, pero hay otras, éstas sí financiadas por la mandataria, en donde se ha desplomado y ha sido rebasado por la secretaria de Gobierno, Elisa María Hernández Romero.
Muy a pesar de que a Pablo le han dicho todos sus porristas, lo mismo que sus malquerientes que no es el candidato de la gobernadora, y que sus gruesos expedientes por desvío de fondos públicos penden en la plaza principal como una guillotina para cuando quieran rebelarse, el edil Carmelo se sigue aferrando a la idea de que Morena lo va a tener que postular “si no quiere perder la gubernatura”.
¿Qué quiere decir con eso? Que si no lo postulan a él, Morena no gana la elección. Que él será apoyado por algún otro partido o coalición si no reconocen su fuerza, y que se irá con el que le prometa el cielo y las estrellas.
El primero que se ha anotado es el PT. Sus dirigentes, Antonio Saucedo y Ana María López ya adelantaron que no habría alianza con Morena en la próxima elección estatal, por lo que ya le están preparando el tapete a Pablito, para recibirlo con fanfarrias cuando le den la patada en el trasero en Morena.
El PRI también lo ve como una opción que pudiera sacarlo del abismo electoral en que se encuentra, pero se ve difícil que sin alianza con otros partidos los priístas superen su cuota de votos captados en las dos más recientes elecciones.
Incluso se ha soltado el rumor de que Pablito no descartaría abanderar las siglas de Moci pero ese escenario no parece muy real si su obsesión es la gubernatura. Los cuadros en el partido naranja están muy definidos para buscar el trono real, pero no se cierra la posibilidad de que lo jalen para captar más votos isleños.
Todo un mar de especulaciones que contrastan con los rumores dominicales inventados tras la gira presidencial, en el sentido de que ya le habían dado el espaldarazo y que será él quien abanderará a Morena por la gubernatura, y que será, por tanto, el próximo gobernador de Campeche.
La realidad es que falta muchísimo para definir este tema, sin duda alguna. Los nulos resultados del gobierno sansorista, que ya se traducen en decrecimiento económico, desempleo y carencia de oportunidades, dan pie a que se esté calentando demasiado temprano el caldero político campechano. Al menos para vender la esperanza de que vendrá alguien menos peor.