EXPEDIENTE | GASTO INEXPLICABLE EN EL SUTCABACAM
Eternizada en el cargo, y reacia a permitir que otros grupos pudieran asumir el control del Sindicato Único de Trabajadores del Colegio de Bachilleres de Campeche (Sutcobacam), su secretaria general, Ana Isabel May Cardeña, tampoco se ha dignado a rendir cuentas sobre los cuantiosos recursos que recibe de la Dirección General, para apoyar al personal sindicalizado.
De acuerdo con documentos proporcionados a esta columna por integrantes de su asociación, que están exigiendo que justifique el manejo del dinero, o que sea auditada por un despacho externo, May Cardeña obtuvo tan sólo durante enero y febrero de este año más de 410 mil pesos, de los cuales 342 mil 720 pesos fueron aportados por las cuotas de los trabajadores. Otros 44 mil 641 pesos correspondieron a “ingresos por préstamo”.
Y vea usted en qué se erogaron esos recursos: para viáticos (transporte, alimentos, hospedaje y otros), 161 mil 160 pesos con 90 centavos. Lo que la base trabajadora no sabe es a dónde viaja tanto su lideresa sindical. O si es que este rubro incluye las lujosas vacaciones que acostumbra tomar cada determinado tiempo, para descansar del “desgastante estrés” que le representa defender los derechos de sus 540 agremiados.
Otros 115 mil 145 pesos los utilizó para ”uniformes”, pero no precisa si corresponde al gasto para el Ejército o la Academia de Policía, ya que los maestros y personal administrativo de esa agrupación tienen que sortear sus propios gastos.
Para “arrendamiento”, la polémica lideresa del Sutcobacam destina al mes 14 mil pesos, más cuatro mil 775 pesos para “energía”, otros 11 mil 147 para “telefonía e Internet”, dos mil 223 para “papelería”, 19 mil pesos para su “sueldo” y dos mil 842 para “publicidad”, es decir, más de 50 mil que también se van a su bolsillo, ya que la casa donde están las oficinas del sindicato es de ella misma, así que aprovecha para facturar a nombre de su agrupación, todos los gastos de su vivienda.
Parece chiste, pero no lo es, ya que además de sus onerosos gastos, May Cardeña tiene un rubro de 10 mil pesos al mes para eventos/alimentos, tres mil 531 para “gastos financieros” (lo que sea que eso signifique), 4 mil 800 para “honorarios contables”, 32 mil 638 para “honorarios legales”, otros 14 mil 600 para “honorarios legales” y 9 mil 135 para “impuestos”.
Además de todo eso, la lideresa del Sutcobacam tiene plaza de tiempo completo, ubicada en el más alto nivel, que le permite ingresos superiores a los 60 mil pesos mensuales sin dar un golpe, ya que no se presenta a impartir sus clases de química, y su lugar lo suple provisionalmente otro mentor, sin que eso afecte su percepción salarial.
A eso hay que agregarle que mientras que en 2024 recibió 220 mil pesos del Cobacam en “ayuda para juguetes”, para 2025 esa cifra será de 242 mil pesos, es decir, logró un incremento de 22 mil pesos. Lo que nadie sabe es dónde están esos juguetes y para qué quiere tantos, ya que los hijos de los trabajadores no cuentan con ese beneficio.
En “ayuda para actividades culturales y deportivas”, el año pasado recibió 110 mil pesos y este año le darán 143 mil, con lo que logró un aumento de 33 mil pesos. Lo que no hay son esos eventos “culturales y deportivos”, aunque ocasionalmente organiza un encuentro de fútbol o una velada con estudiantes, que obviamente no se financian con este dinero.
Lo que no se incrementó es la “ayuda para lentes” que otorga la Dirección General a los mentores, pues en 2024 era de 2 mil 500 pesos, y este año será el mismo monto. ¿Será porque de esto no puede sacar tanto beneficio la lideresa sindical?
Tienen razón los trabajadores sindicalizados para exigirle a su lideresa cuentas claras, pues lleva más de una década manejando discrecionalmente esos recursos y los beneficios para la base no se ven, ya que además, May Cardeña está a la orden de los directores generales que han pasado por la institución, y quienes le han dado un trato privilegiado, con una partida especial muy generosa, para que evite crearles conflictos.
Tal vez por eso es que dicen, y dicen bien, que este tipo de sindicatos charros están a punto de extinguirse, ya que los únicos beneficiados son sus dirigentes, quienes se despachan con la cuchara grande, mientras que el resto de los agremiados sólo vive de su esfuerzo cotidiano, de su afán permanente de superación y de ganarse sus promociones a base de exámenes, en donde el sindicato ni mete le mano ni le interesa hacerlo, porque no puede obtener marmaja de eso. ¿Qué tal?