EXPEDIENTE | LAYDA EN SU LABERINTO
Estas tres semanas de conflicto entre la gobernadora Layda Elena Sansores San Román y más de 900 policías que exigen el cese de la secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, ha permitido a los campechanos conocer la verdadera personalidad de quien dice que gobierna Campeche desde el 15 de septiembre de 2021.
Y efectivamente, Layda Sansores se ha descrito y presentado tal cual es: arbitraria, prepotente, soberbia, autoritaria, dictatorial, mentirosa, farsante, traidora, hipócrita y visceral, entre otros atributos, sin olvidar que también ha mostrado ausencia total de capacidad política para encontrar soluciones al conflicto, pues en lugar de salir del laberinto en que se metió, se adentra más en el foso de la sinrazón.
Layda Elena acusa que el conflicto de los policías sublevados fue “secuestrado” por los partidos Movimiento Ciudadano y PRI; denuncia la intromisión del exgobernador Alejandro Moreno Cárdenas y del candidato mocista a senador, Eliseo Fernández Montúfar, así como la “traición” del diputado federal morenista José Luis Flores Pacheco, quien sólo cumple con sus funciones como gestor social y representante popular, lo mismo que el diputado local Ricardo Miguel Medina Farfán.
Sostiene que los policías están siendo “manipulados” por fuerzas oscuras que atentan contra su Gobierno, pero es ella la que, inútilmente, ha intentado manipular a la opinión pública, acusando que los uniformados, en rebeldía desde hace 23 días, sólo pretenden regresar por sus privilegios, continuar extorsionando a los ciudadanos y seguir incurriendo en abusos.
¡Qué incongruente nos salió la gobernadora y su querida Marcela! Hace unos cuantos meses, durante la conmemoración del Día del Policía, ambas presumían que Campeche contaba con los policías más honestos del país y que gracias a su esfuerzo cotidiano se había logrado que Campeche se mantuviera como uno de los Estados más seguros.
Ahora cambió el discurso. Los que antes eran “buenos policías”, ahora son los “malos” que pretenden regresar por sus fueros. ¿Quiénes la asesoran? Antes de que suelte su venenosa, diabólica y retorcida lengua, deberían hacerle ver estas incongruencias, que sólo abonan a la cada vez más firme certeza de los campechanos, de que es una sinvergüenza que miente, engaña, traiciona y no es digna de confianza.
La gobernadora acusa que los policías se encuentran “manipulados”, pero el pueblo campechano observa a través de discursos y pronunciamientos que ha tenido sobre el conflicto, que la manipulada es ella por Marcela Muñoz, quien la ha traído engañada desde hace más de dos años y medio, mientras saquea el presupuesto de la policía.
También sus asesores la manipulan para no tomar una decisión firme sobre el conflicto, con el que termine de tajo, cesando de manera fulminante a la guanajuatense que no ha dado resultados, y quien tras el operativo fallido en el penal de San Francisco Kobén el pasado 15 de marzo, confirmó su aberrante ineptitud y negligencia criminal, pues puso en peligro la vida de más de 200 policías, entre ellas al menos una treintena de “mujeres valientes”.
Layda Sansores proporcionó información sesgada del conflicto al presidente López Obrador, y éste, manipulable y torpe como ha sido en estos casi seis años de su Administración, traicionó y se echó en contra al pueblo campechano, en plena campaña electoral, al respaldar a la gobernadora de Campeche y calificarla como una “persona honesta, de buenos sentimientos”, cuando en los hechos es todo lo contrario.
Sansores San Román ha intentado manipular a la opinión pública local, nacional e internacional, disfrazando a jóvenes cadetes con uniformes oficiales de la policía, para aparentar que ella y Marcela tienen el apoyo de la tropa, pese a que más del 90 por ciento de los elementos en activo, y los jubilados, están a favor del movimiento de rebeldía y exigen el cese de la guanajuatense.
Layda ha obligado a los pocos policías que permanecen leales a la causa de los corruptos (es decir, de Marcela y su banda de piratas foráneos) a declarar en contra de los líderes del movimiento, a quienes califica como “chacales” y corruptos, en demostración del odio que le generan quienes se oponen a ella.
Hay muchos ejemplos más que demuestran y confirman que la manipulación de este conflicto y su politización, provienen de Layda, sus asesores y Marcela, quien se ha aferrado al cargo pese al repudio generalizado hacia su persona, lo que evidencia que no es una mujer de dignidad, menos aún de principios y valores, sino que sólo le preocupan sus intereses y sus inconfesables compromisos.
Layda está empantanada por voluntad propia. Puede salir de su laberinto en el momento que tome la decisión que el pueblo justificadamente le exige: Fuera Marcela y sus foráneos. ¿Dónde quedó el Gobierno de Todos? ¿O son nada más Todos los Sansores, como bien acusa el pueblo?