El físico Andres Wahl mostró un inusual experimento que solo es visto en películas de ciencia ficción.
Esta vez, el sujeto se ubicó debajo del agua de una piscina junto a una escopeta amarrada a una soga. La finalidad de este proyecto es dejar en claro que la distancia que puede recorrer una bala en este contexto es corta.
En el video, se aprecia a Andreas sosteniendo una cuerda amarrada al gatillo antes
de dispararse. Al momento que efectúa el movimiento para que la escopeta dispare, se visualiza la bala no llega a recorrer un metro.
Esto se debe a las propiedades que posee el agua. La resistencia que tiene impide que el proyectil pueda ir con la rapidez característica, terminando al fondo de la piscina.
Vía: EL UNIVERSAL