La magna vaquería peninsular cumplió 15 años de estarse celebrando en nuestro municipio, y como toda quinceañera su festejo fue a lo grande.
El blanco impecable de los jaraneros, el garbo de los ternos mestizos y el colorido festivo de las cabezas de cochino adornaron primero las afueras de la iglesia del cristo negro de san Román para recorrer después algunas calles de ese barrio, rumbo a la plaza de la república.
Autoridades, reinas invitadas y público por igual bailaron al compás de la jarana.